Rebe Najman enseña que tenemos que hablar con el Creador igual que hablamos con un amigo o con nuestros padres.
Con los constantes desafíos y obstáculos que enfrentamos en este mundo hay momentos en los que deseamos tener una relación más real con el Creador y, sin embargo, estamos perdidos en un mar de dudas sobre cómo avanzar en nuestro viaje de autodescubrimiento y autenticidad.
Rebe Najman enseña que tenemos que hablar con el Creador igual que hablamos con un amigo o con nuestros padres.
Para eso, necesitamos un espacio y un lugar tranquilo. No es fácil, pero lo logramos. Sin embargo, la plegaria no llega fácilmente.
Con los constantes desafíos y obstáculos que enfrentamos en este mundo hay momentos en los que deseamos tener una relación más real con el Creador y, sin embargo, estamos perdidos en un mar de dudas
¡Quiero ser libre!, le grita cada uno a su Creador. Queremos librarnos de toda la confusión, de las dudas, de los miedos, de la incertidumbre que ha envuelto al mundo entero y nosotros, dentro de él.
¿Acaso un simple acto de conversación con Hashem puede cambiar el curso de nuestras vidas y librarnos de la cárcel en la que estamos presos?
Sí.
Esa es la única manera. Hablar es liberarte y transformarte en la persona que estás destinada a ser.
Rebe Najman nos enseña en la quinta lección del Likutey Moharán:
“El mundo entero fue creado para mí” (Sanhedrín 37ª). Y siendo así, debo hacer todo que esté a mi alcance para que el mundo sea un lugar mejor; tengo que proveerle lo que le falta y rezar por él.
El mundo es el producto de nuestras plegarias. Cada uno de nosotros tiene un rol único y fundamental en este gran emprendimiento. Cuando tomamos conciencia de esto, nos podemos librar de todas las otras luchas internas y llegar a ser quienes somos en realidad.
Basado en Likutey Moharán 5 y 9
