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¡Sin mirar atrás!

Autor: breslov.org
The Story of Our Lives: The Lost Princess (#18)
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Ronen se crio como un típico joven israelí laico. Tras terminar el servicio militar, se fue a explorar la “magia” de la India y todo lo que ofrecía. Mientras recorría el país, entabló amistad con algunos de los elementos más bajos de la sociedad y siguió con ellos después de volver a casa.

 

De vuelta en Israel, un antiguo compañero de juerga se hizo observante de la Torá e inspiró a Ronen a seguirlo en su nuevo camino. Muy pronto, Ronen encontró una nueva esposa observante y se decidió a formar una familia. Desgraciadamente, como la carga de mantener a su familia y su estilo de vida le resultaban muy pesadas, Ronen se vio obligado a acercarse a algunos de sus viejos amigos y hacer un pequeño negocio traficando con droga india a Suiza. Muy a su pesar, lo agarraron con la mercancía en la maleta y le encerraron en una cárcel india notoriamente peligrosa.

 

Atrapado entre un sistema judicial corrupto e ineficaz y una celda ocupada por terroristas yihadistas, Ronen decidió que debía escapar. Pero por más que lo intentaba, cada vez que estaba a punto de poner en práctica uno de sus expertos planes de fuga, algo salía mal y se veía obligado a desistir. Finalmente, Ronen renunció a sus planes y se dirigió sinceramente a Dios como única esperanza. Le entregó su corazón y confió sólo en Él.

Atrapado entre un sistema judicial corrupto e ineficaz y una celda ocupada por terroristas yihadistas, Ronen decidió que debía escapar. Pero por más que lo intentaba, cada vez que estaba a punto de poner en práctica uno de sus expertos planes de fuga, algo salía mal y se veía obligado a desistir.

Un día, sintiéndose enfermo, Ronen fue llevado al hospital de la prisión. Decidió juguetear con la ventana del cuarto de baño e inesperadamente se hizo añicos por todo el suelo. Ronen se dio cuenta de que, pasara lo que pasara, le iban a acusar de intento de fuga. Sin más remedio, saltó por la ventana y echó a correr. Ya no había vuelta atrás. (Para conocer el resto de la historia real de Ronen, lee el increíble libro “Escape from India”).

 

Esta es no sólo es la historia de Ronen, sino también la de los judíos esclavizados en Egipto y la de nuestra propia esclavitud y redención.

 

Tras cientos de años de esclavitud, en un abrir y cerrar de ojos, llega un salvador llamado Moisés y, mediante milagros increíbles, redime al pueblo judío. Nuestra parashá nos cuenta que, cuando salieron de Egipto, “y también provisiones, no se procuraron” (Éxodo 12:39). Imagínense, durante 210 amargos años el pueblo judío vivió en Egipto y no tenía ningún recuerdo colectivo de la vida en otro lugar. Sin embargo, en un instante, llega la redención y deben apresurarse a salir sin tiempo para llevar consigo algunas provisiones.

 

¿Por qué? ¿Acaso Dios no podía haberles dado tiempo suficiente para prepararse adecuadamente? No puedo imaginarme salir de excursión con mi familia y que mi mujer no lleve provisiones suficientes para una semana.

 

La respuesta es que cuando la persona tiene una mentalidad esclava – ya sea físicamente esclavizada, o espiritualmente esclavizada a influencias negativas, o emocionalmente aferrada a un estado mental indeseable – no puede pensar con claridad. Sus planes y disposiciones seguramente se verán influidos por su estado mental comprometido, y antes de que se dé cuenta, se encontrará encerrado de nuevo.

 

Al igual que en la historia de Ronen, a menudo debemos esperar lo que parece ser una eternidad a que llegue nuestra salvación y, sin embargo, mantener la esperanza. Pero además de ser pacientes, es crucial que también estemos preparados. Cuando Dios nos envía la inspiración para cambiar y avanzar, debemos ser conscientes de Su señal y dar el paso. Sí, ciertamente a largo plazo necesitamos un plan duradero, pero ahora no es el momento de contemplaciones. Ahora es el momento de dar un salto a la libertad y no dejarnos atrapar mirando hacia atrás.

 

Basado en Likutey Halajot, Giluaj #3

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