Rebe Najman explica que el mundo fue creado a partir de los cuatro elementos básicos: fuego, agua, tierra y aire
“צַדִּיק יְסוֹד עוֹלָם”
El tzadik es el fundamento del mundo (Proverbios 10)
El Zohar contiene una frase increíble (II:38ª):
“יֵרָאֶה כָּל זְכוּרְךָ אֶת פְּנֵי הָאָדוֹן יְיָ’. מַאן פְּנֵי הָאָדוֹן יְיָ’? דָּא רִבִּי שִׁמְעוֹן בֶּן יוֹחָאי”
La Torá dice: Tres veces al año deberás ver el rostro de tu amo, Hashem. Pregunta el Zohar: “Qué-Quién es el rostro de Hashem? Es Rabí Shimon Bar Yojai”.
¿Qué significa esto? ¿Acaso Rabí Shimon Bar Yojai es Hashem, Dios no lo permita?
La Torá dice: Tres veces al año deberás ver el rostro de tu amo, Hashem. Pregunta el Zohar: “Qué-Quién es el rostro de Hashem? Es Rabí Shimon Bar Yojai”.
¿Qué significa esto? ¿Acaso Rabí Shimon Bar Yojai es Hashem, Dios no lo permita?
En Likutey Moharan segunda parte lección 67, Rebe Najman explica que el mundo fue creado a partir de los cuatro elementos básicos: fuego, agua, tierra y aire. Estos cuatro elementos son los cuatro ríos que bifurcaron del río que fluía del Edén para regar el Jardín del Edén (Génesis 2). El río mismo es ese tzadik que es la belleza y el esplendor del mundo. Él es los ojos del mundo. Los cuatro elementos son también las cuatro partes del ojo (tres colores y la pupila). Por medio del tzadik, podemos ver a Hashem. Los elementos fluyen hacia el mundo por medio del tzadik. Estos elementos pueden hacer que nos descarriemos. El fuego es la ira; el agua es la lujuria; la tierra es la depresión y el aire es el orgullo. Al neutralizar el ego, el ser humano puede elevarse y salir de este mundo, por encima de los cuatro elementos y estar más alineado con Hashem que con este mundo. Este maravilloso tzadik, al igual que Hashem, es la unidad simple. El Rebe lo llama yesod pashut. Al conquistar su ego, ha personalizado la unidad Divina que precede a dichos elementos.
נִמְצָא כְּשֶׁנִּתְגַּדֵּל שֵׁם הַצַּדִּיק, נִתְגַּדֵּל שְׁמוֹ יִתְבָּרַך וְכָל מַה שֶּׁנִּתְגַּדֵּל יוֹתֵר שֵׁם הַצַּדִּיק, נִתְגַּדֵּל יוֹתֵר שְׁמוֹ יִתְבָּרַך
“Cuando se glorifica el nombre del tzadik, el Nombre de Hashem y Su gloria aumentan en el mundo” porque cuando el tzadik anula su ego, lo único que queda de él es su imagen Divina. Por eso, cuando vemos al tzadik, estamos viendo un pequeño aspecto no adulterado de Hashem. Obviamente, si Hashem, no somos nada, pero Hashem quiere que seamos Sus pies en este mundo. Nosotros extendemos Su reconocimiento. Y cuanto más limitamos el orgullo y las pasiones, más construimos una vasija para que brille Su luz. Es una luz bellísima. Él quiere que la tengamos, pero Él también necesita que la hagamos brillar.
Publicado en Ahalel Davar