Kabalá Breslov 6ta parte – Los mecanismos internos de la Creación 1

Las enseñanzas Kabalísticas de cómo fue creado el mundo iluminan el camino para que nosotros también podamos hacer realidad nuestros objetivos.

En el comienzo: el primer pensamiento

Para poder entender los mecanismos internos de la Creación y acceder a su tremendo poder, primero debemos ir de vuelta al comienzo, o sea, a la Creación. La Torá, que empieza “en el comienzo”, es nuestra guía autorizada para saber qué ocurrió en los Siete Días de la Creación. Lo que ocurrió antes de la Creación, o sea, de qué manera Dios encaró este nuevo proyecto y con qué intenciones, está dentro del ámbito de la Kabalá.

Por medio de la Creación, Dios formó un anteproyecto espiritual que se aplica no sólo en la formación de nuevos mundos, sino también en la elección de una carrera universitaria o en el emprendimiento de un proyecto difícil

Las historias que leemos en la Torá no son solamente páginas tomadas de la historia, sino que tienen que ser una guía para cada uno de nosotros en nuestras propias vidas. La Biblia dice así (Génesis 5:1): “Este es el libro de las crónicas de Adam (Adan – el hombre)”.

El Reb Noson explica que esto significa: “Estos relatos son las crónicas de cada persona que existe”. Cada persona puede encontrar una guía para sí misma y para sus objetivos en la vida con tan sólo consultar la Torá y sondear sus profundidades, a fin de interpretar su significado a un nivel personal (véase Likutey Halajot, Nesiat Kapaim 5:27).

De la misma manera, las enseñanzas Kabalísticas de cómo fue creado el mundo iluminan el camino para que nosotros también podamos hacer realidad nuestros objetivos. La descripción que hace la Kabalá del enfoque “paso a paso” de Dios al crear el mundo, así como todos los Universos Excelsos que lo precedieron, no describe un proceso arbitrario.

Por medio de la Creación, Dios formó un anteproyecto espiritual que se aplica no sólo en la formación de nuevos mundos, sino también en la elección de una carrera universitaria o en el emprendimiento de un proyecto difícil. El primer paso en el plan de Dios, y en el nuestro, es ese “primer pensamiento”.