El final del sueño y la derrota del reino de Amalek

El galut (exilio) es más que una mera separación física entre el pueblo judío y la Tierra de Israel: es un estado mental; una pérdida de la conciencia de la Providencia Divina. Estar en galut es estar en un sueño espiritual.

Esta es nuestra realidad.

Y esta fue y ha sido la triste situación del pueblo judío desde la destrucción del primer Templo y es el paradigma en el cual tiene lugar la historia de Purim.

El galut (exilio) es más que una mera separación física entre el pueblo judío y la Tierra de Israel: es un estado mental; una pérdida de la conciencia de la Providencia Divina. Estar en galut es estar en un sueño espiritual.

Estamos en un continuo estado de Purim – un drama en despliegue que se va entretejiendo en al tapiz de la política y lo mundano y aun así cuando nos despertamos de nuestro sueño espiritual aunque sea unos momentos, vemos a la princesa perdida, Ester, la Shejiná que nos quedó oculta. Y entonces tomamos conciencia de que es posible despertarse del sueño espiritual.

A medida que va creciendo el reino de Haman-Amalek, nosotros nos vamos durmiendo. Él se fortalece y nos va inundando con deseos descontrolados, ocn anhelos falsos. Sin embargo, podemos despertarnos y reclamar nuestras vidas y nuestro verdadero yo, pero tenemos que aferrarnos al Tzadik, porque únicamente él tiene la llave para la historia que necesitamos escuchar.

Y qué historia es esa? Nuestra propia historia y cuando la escuchamos, nos despertamos.

Los judíos se aferraron a Mordejai y se salvaron. Reconocieron que Ester era de ellos y liberaron a la “princesa perdida” de los confines del palacio del “no bueno”, o sea, de Ajashverosh, destruyendo a Haman, el descendiente de Amalek.

Nosotros también tenemos que apegarnos a las enseñanzas y las historias del tzadik. Sus relatos y sus consejos son mensajes específicos para nuestra generación, la generación que ha de despertar y destruir el reino de Haman-Amalek por siempre.

Basado en la historia “La Princesa Perdida” – Likutey Halajot Halajá Alef