Cuando mi bote espiritual navega por aguas tempestuosas y siento que he caído…
Cuando mi bote espiritual navega por aguas tempestuosas y siento que he caído del lugar donde quisiera estar, necesito tener presente que nada pasa sin que haya sido decretado desde Arriba. Por eso, si bien soy absolutamente responsable por lo que pueda haber hecho mal, también tengo que aceptar que, al fin y al cabo, todo es bashert, o sea, todo estaba destinado a ser así. Y estaba destinado a ser así porque la experiencia del fracaso sirve para que me inspire a sentir un anhelo más grande por reconectarme con Dios. Cuando mi fracaso se cataliza en un grado de conexión más profundo, también puede entenderse como un “regalo del Cielo”.
Por eso, si bien soy absolutamente responsable por lo que pueda haber hecho mal, también tengo que aceptar que, al fin y al cabo, todo es bashert, o sea, todo estaba destinado a ser así.
Sin embargo, lo principal es empezar inmediatamente de nuevo. Y acostumbrarme a empezar de nuevo varias veces al día. Tal como dijo el Rebe Najman: “Debes volver a entrar en el servicio Divino como si jamás antes Lo hubieses servido. Debes literalmente empezar desde cero”.
Querido Dios:
Tú eres Aquel que, en Tu bondad,
“renueva cada día la obra de la Creación”.
Por favor, ayúdame
A renovarme todo el tiempo
Y que nunca me quede estancada
Incluso si cometí errores
Por favor, ayúdame a ver cada caída
Como una nueva forma de levantarme.
(Basado en Likutey Moharán I: 261)
