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¿Qué es la fe?

Autor: Chaim Kramer
Chaim Kramer - Parshat  Balak
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¿Qué es realmente la fe? ¿Por qué es tan necesaria? ¿Cuándo se puede aplicar y dónde?

“Tenemos que temblar de miedo al considerar la grandeza de Dios. El mundo entero está lleno de Su Gloria”. Rebe Najman nos repitió esto muchas veces. Él quería inculcar en nosotros un sentimiento por la grandeza de Dios y un sentimiento por la cantidad de fe que debemos tener en Él (Tzadik #414).

 

Rebe Najman dijo: Creo que Dios es grande. Él es muy grande. Él es Omnipotente. Creo que Él puede convertir un triángulo en un cuadrado (Tzadik #407).

 

Rebe Najman enseña: La fe es como un hermoso palacio con muchas habitaciones hermosas. Uno entra y pasea de habitación en habitación, de pasillo en pasillo… Desde allí uno transita por la Confianza… y luego cada vez más lejos. ¡Qué afortunado es el que camina en la fe! (Tzadik #420).

La fe es como un hermoso palacio con muchas habitaciones hermosas. Uno entra y pasea de habitación en habitación, de pasillo en pasillo…

 

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Rebe Najman dijo que “Otros consideran la fe como algo menor. Pero yo la considero algo extremadamente importante” (Sabiduría de Rebe Najman #33). Cuando el Rebe le dijo a Reb Noson que registrara sus propios discursos, le dijo así: “En tus escritos, cada palabra debe ser medida. Pero cuando llegues al tema de la fe, ¡deja fluir la pluma!”. (Rabino Eliyahu Chaim Rosen). La importancia de la fe no tiene parangón. Sin ella, no podemos entrar en el reino de la Torá o de las mitzvot. Con ella, podemos alcanzar los niveles más altos.

 

Pero, ¿qué es realmente la fe? ¿Por qué es tan necesaria? ¿Cuándo se puede aplicar y dónde se debe depositar esta fe? ¿Cómo podemos alcanzar la fe? Preguntas, preguntas, y más preguntas. Todos las tenemos. ¿Acaso no tenemos derecho a obtener al menos algunas respuestas?

כשאדם מבקש רוחניות הוא מאפשר לעור שלו להקרין אל כל חלקי הבריאה את הטוב שהקב"ה ברא

 

Dado que Rebe Najman atribuye una gran importancia a la fe, es lógico que debe haber una gran cantidad de información en los escritos de Breslov sobre este tema. Y, de hecho, sí la hay. A continuación, intentaremos presentar una imagen compuesta de lo que es la fe: el valor de alcanzar una fe completa, pero sencilla; el poder de la fe; cómo podemos adquirir esa fe dentro de nosotros mismos; los parámetros de la fe (en Dios, en la Torá y las mitzvot, en los tzadikim e incluso en nosotros mismos).

 

¿QUÉ ES LA FE?

La fe es la base del mundo; más concretamente es el principio fundamental del judaísmo, de la Torá e incluso del propio hombre. No hay nadie vivo que no tenga fe en algo o en alguien. A lo largo de la vida, siempre se nos pide que corroboremos esa fe. “¿Tengo fe en mi cónyuge, en mi vecino, en mi hijo? ¿Merecen ellos mi confianza? ¿Debo tener fe en absoluto?”. ¿Qué otra opción tenemos? La fe es un atributo sin el cual no podemos sobrevivir en este mundo.

 

Pero, ¿qué es la fe? ¿Qué es esa confianza que yo deposito en los demás? En primer lugar, debemos “definir” la fe: ver cómo se utiliza y se expresa en el judaísmo. La fe se aplica a lo que no sabemos o no podemos entender. No necesitamos la fe para decir que el trozo de madera de cuatro patas que tenemos delante es una mesa, o que las cuatro paredes que nos rodean son una habitación. Todo eso lo vemos. Lo sabemos. Y no necesitamos fe para estar convencidos de que si metemos el dedo en el fuego nos vamos a quemar. Lo sentimos. Lo sabemos. La fe se hace necesaria sólo cuando no podemos experimentar directamente el objeto con nuestros sentidos o entender la razón para hacer algo. Cuando la mamá le dice a su hijoj que haga algo de cierta manera, este dirá: “¿Por qué tengo que hacerlo así?”. Inevitablemente, la respuesta de su madre es: “Porque sí”. Este es el célebre “Porque” de la fe. “¡Porque soy tu mamá, por eso!”. Ella espera que su hijo tenga fe en ella; fe en que, siendo ella su madre, ella sabe lo que es mejor para él. En esencia, le gustaría que él pusiera su confianza en que ella entiende lo que él, como niño, no puede entender.

 

La fe es como un hermoso palacio

 

La fe es como un hermoso palacio…

 

Sin embargo, cuando nos hacemos mayores, muchos de nosotros no sabemos cómo creer o en qué hay que creer. Nos encogemos de hombros ante la fe de nuestra infancia, considerando que no es más que la expresión de un pensamiento inmaduro y una falta de sofisticación. Esto nos hace preguntarnos dónde depositar nuestra fe y para eso necesitamos un poco de orientación.

 

La Revelación en el Monte Sinaí es algo que ocurrió. Es un hecho histórico. Moshé subió al cielo y nos trajo de allí la Torá. Él, el Verdadero Tzadik, vio lo que estaba disponible y era aceptable, y nos la dio para guiarnos a través de nuestras vidas en este mundo. Lo mismo ocurre con todos los Tzadikim. Ellos recibieron la Torá de Moshé (Avot 1:1) y la transmitieron como herencia, de generación en generación, hasta el día de hoy. Rebe Najman compara al tzadik con una madre: “La Torá se compara con la leche y el Tzadik cuida a los judíos con la luz de su Torá” (Likutey Moharan I, 4:8). Así como la madre sabe lo que es bueno para su hijo, los tzadikim saben lo que es bueno para los judíos.

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