Parashat Bereshit

בראשית: ההתחלה של הכל - פרשת השבוע בראשית

1:1 En el principio Dios creó el cielo y la tierra

 

La Torá nos enseña a profesar una fe sencilla.

 

Moisés nos hizo un gran favor al comenzar la Torá con las sencillas palabras “En el principio Dios creó el Cielo y la Tierra”. De esta manera, nos proporcionó un modelo de fe que no implica ninguna sofisticación ni filosofía (Sabiduría y enseñanzas del Rabí Najman #219).

 

El temor conduce a la humildad y al miedo

 

“El principio de la sabiduría es el temor de Dios” (Salmos 111:10).

 

Las letras de la palabra BeREiShYT (בראשית ( pueden transponerse para formar las frases YaREi BoSheT (בשת-ירא ,temor-humildad) y YaREi ShaBbaT (שבת-ירא ,temor-Shabbat). ShaBbaT (שבת (está asociada al arrepentimiento, pues contiene las mismas letras que TaShuV (תשב, te arrepentirás).

 

Así, con la palabra Bereishit, la Torá indica la importancia de esforzarse por el temor a Dios. Con este temor, la persona puede alcanzar grandes niveles de humildad ante Dios, de modo que, aunque caiga, siempre podrá volver a Él (LM II, 72; ibíd., I, 38). Además, YaREi BoSheT (sobrecogimiento-humildad) indica que la humildad de una persona -que se debe a su comprensión de la grandeza de Dios- le inspira temor a Dios (ibíd., I, 22:10).

 

Debemos buscar al tzadik

 

Las letras de la palabra BeREiShYT (בראשית ( pueden reordenarse para formar la frase ROSh BaYiT (בית ראש ,cabeza de la casa). La “cabeza” se refiere al tzadik y la “casa”, al mundo. El primer paso de la persona para acercarse a Dios debe ser buscar al tzadik (LM II, 67).

 

1:5 Dios separó entre la luz y la oscuridad

 

Noche y día, altibajos…

 

Cada día de la vida de una persona contiene una noche y un día, o sea, altibajos. Nuestra principal misión en la vida es combinar ambas cosas, comprender que incluso en la oscuridad hay luz, y que a pesar de la luz y los buenos momentos, también puede haber momentos difíciles. Con esta comprensión, alcanzamos la verdadera fe y llegamos a reconocer a Dios.

 

1:26 Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”

 

Estamos destinados a ser seres caritativos

 

En el Libro de Rut, cuando Noemí le preguntó a Rut de dónde había recibido el trigo que llevó a casa, Rut le respondió: “El nombre del hombre por el que he hecho hoy es Booz” (Rut 2:19). El Zohar enseña que este versículo habla de la caridad, a la que alude la palabra ASiti (עשיתי ,hice). La raíz de esa palabra es la misma que la de la palabra na’ASeh (נעשה ,hagamos), y recuerda así la creación del hombre (Zohar I, 13b).

 

Dios creó al hombre para que fuera caritativo y bondadoso (LM I, 37:3; ibíd., II, 2:4). La “imagen” -que corresponde a la esencia espiritual del hombre- da su luz caritativa a la “semejanza” -que corresponde al cuerpo del hombre.

 

El concepto de caridad se aplica también al matrimonio. Cada miembro de la pareja puede ser benefactor o beneficiario. Por ello, el marido y la mujer deben ser siempre considerados el uno con el otro. Cuando ambos están en una relación de bondad mutua, se los considera completos, vale decir, un “ser humano” completo (ibíd., I, 13:5).