Las enseñanzas del Rebe Najman echan luz sobre muchas áreas diferentes de la vida y a veces cuesta descifrar exactamente cuál es su “mensaje principal”
Las enseñanzas del Rebe Najman echan luz sobre muchas áreas diferentes de la vida y a veces cuesta descifrar exactamente cuál es su “mensaje principal”. Un novicio un poco confundido le pidió a un jasid experimentado que le diera una sola clave que lo ayudara a abrir todo el espectro de las enseñanzas del Rebe Najman. “¿En qué debo enfocarme para que me sirva de marco para todo lo demás?”.
El jasid le dio una respuesta muy interesante: “¿En una sola palabra? Paciencia. Esa es la esencia del mensaje del Rebe Najman y la clave de todas sus enseñanzas”.
En una sola palabra? Paciencia. Esa es la esencia del mensaje del Rebe Najman y la clave de todas sus enseñanzas
Y prosiguió: “El Talmud ofrece una parábola que nos ayuda a entender la paciencia que hace falta para realizar un cambio espiritual. Una persona que quiere hacer teshuvá y acercarse a Dios es como alguien que va a una tienda a comprar un aceite de bálsamo, que es uno de los productos más invaluables en el mundo antiguo. El aroma de este aceite era tan fuerte que la mujer solamente necesitaba ponérselo una vez cada treinta días.
“En el pasado, cuando uno compraba productos secos o líquidos, llevaba su propio recipiente para que el vendedor lo llenara. El aceite de bálsamo era tremendamente caro y su aroma era embriagante. Cuando el cliente llegaba a la tienda a llenar su recipiente, el vendedor le decía: “Déjeme, por favor. Yo se lo voy a llenar”. De esa manera, el vendedor podía disfrutar de la fragancia e incluso le quedaba un poco en las manos.
El Rebe Najman conecta esto con otra enseñanza, que dice que cuando uno quiere arrepentirse, lo ayudan desde el Cielo (Yoma 38b, véase Likutey Moharán I, 6:2). La persona tiene que estar dispuesta a “esperar en el mostrador” mientras el agente “lo atiende”, o sea, debe esperar con paciencia la ayuda de Dios. Y mientras espera, debe utilizar el tiempo con sabiduría, rezando por ayuda. Si reza, lo conseguirá. Pero necesita tener mucha paciencia”.
Los bresleveros dueños de tiendas tenían una práctica en común. Mientras esperaban a cerrar tratos, aprovechaban el tiempo para rezar: “Por favor, Dios mío, que pueda cerrar este convenio… pero no un viernes, para que no llegue tarde para Shabat…. ¡Y por favor, envíame suficiente dinero para pueda tener tiempo para servirte a Ti!”
Basado en Síaj Sarfei Kodesh VI:470, V:469