“Aquí estoy, por fin rezándole a Dios, y el único tema que me viene a la mente es… dinero?”
Una vez que uno se acostumbra a hacer hitbodedut, empieza a darse cuenta de que se puede rezar por todo, desde los anhelos espirituales más excelsos hasta las necesidades espirituales más triviales, y todo lo que hay en el medio. Y no te dejes desalentar cuando pasa lo que voy a mencionar ahora. Hay quienes, al ir desarrollando su práctica de hitbodedut, empiezan a sentirse mal por rezar por cosas como éxito financiero y demás cuestiones materiales. Dicen: “Aquí estoy, por fin rezándole a Dios, y el único tema que me viene a la mente es… dinero?” Si no es dinero, entonces es cualquier otro tema mundano. Y uno siente que no debe dedicar el tiempo de la hitbodedut a eso. Se siente culpable y empieza a rezar únicamente por cosas espirituales. Pero como no lo hace de todo corazón, empieza a debilitarse y al final es posible que deje de hacer hitbodedut.
Hay quienes, al ir desarrollando su práctica de hitbodedut, empiezan a sentirse mal por rezar por cosas como éxito financiero y demás cuestiones materiales. Dicen: “Aquí estoy, por fin rezándole a Dios, y el único tema que me viene a la mente es… dinero?”
En ese sentido, el Reb Noson una vez dijo: “Rézale a Dios por el sustento. Específicamente por el sustento. Probablemente empieces a sentir vergüenza por pedir tanto por cosas materiales y así, con el tiempo, llegues a rezar por cosas espirituales también” (Aveneha Barzal p.49).
Con simplicidad y en forma abierta: El Rebe Najman también le dijo al Reb Noson – uno debe practicar hitbodedut de manera simple y directa, como si estuviera conversando con un amigo cercano (Tzadik #439, Kojavei Or #54). Alguna vez tuviste algún problema del cual hablaste con un amigo? Empiezas a contarle algo, y eso te lleva a otro tema, y antes de que te des cuenta, estás revelándole los secretos más recónditos de tu corazón. Las palabras te fluyen directo del corazón. Esto es porque te sientes cerca de ese amigo y no ves ningún motivo para frenarte. La histobedut debería ser algo así.
Igual que un niño – el Rebe Najman estableció otra analogía más con respecto a la hitbodedut. En su deseo de dejar en claro cómo debemos encarar esta práctica tan importante, él dijo que es muy bueno derramar lo que uno siente ante Dios, como un niño que Le ruega a su padre. Dios nos llama “Sus hijos”, tal como está escrito (Deuteronomio 14:1): “Ustedes son hijos de Dios”. Por eso, es bueno expresar nuestros pensamientos y nuestras dificultades ante Él como un niño que se queja con su padre (Sabiduría y Enseñanzas del Rebe Najman de Breslov 7).
Esto es lo que debes recordar siempre: Elige cualquier tema que te ocupe en ese momento. Hazlo con sentimiento. Hazlo a diario.