Página principal Fiestas Judias10 de Tevet Reb Noson: el fiel escriba en la oscuridad del exilio

Reb Noson: el fiel escriba en la oscuridad del exilio

Autor: Shaul Mizrahi
ליקוטי מוהרן עם פירוש נעימות נצח המתנות הקטנות של החיים
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Este 10 de Tevet conmemoramos el ayuno del Diez de Tevet, que marca el comienzo del sitio a Jerusalem. Ese mismo día, celebramos la vida del principal discípulo del Rebe Najman, Reb Noson de Breslov, quien se fue de este mundo ese mismo día. ¿Qué conexión existe entre ambos eventos?

Antes de conocer al Rebe Najman a la edad de 22 años, Reb Noson era un prodigio de Torá y ya tenía una carrera asegurada como líder rabínico de varias comunidades. Una vez que conoció al Rebe, se dio cuenta de que el Rebe era el verdadero tzadik y solamente quiso estudiar Torá con él y diseminar sus enseñanzas a todo el mundo. Para gran pesar de su familia, renunció a toda esa carrera que le esperaba y se anuló completamente ante el Rebe. Se esforzó por ser un perfecto reflejo de las enseñanzas del Rebe Najman así como la luna es un perfecto reflejo de la luz del sol. No ha de sorprendernos que la última lección que enseñó el Reb Noson, que se encuentra en Hiljot Rosh Jodesh 7, trate de la perfección de la falta de la luna.

Antes de conocer al Rebe Najman a la edad de 22 años, Reb Noson era un prodigio de Torá y ya tenía una carrera asegurada como líder rabínico de varias comunidades. Una vez que conoció al Rebe, se dio cuenta de que el Rebe era el verdadero tzadik

La conexión que tuvo Reb Noson con el Rebe Najman no le concedió una vida fácil. En vida del Rebe, fue condenado al ostracismo por su propia familia. Y tras el fallecimiento del Rebe, pasó a ser el foco de oposición a las enseñanzas del Rebe, que no hizo más que ir en aumento debido a la persistencia del Reb Noson en seguir el camino de su Rebe. El Reb Noson fue ridiculizado, amenazado, vilipendiado, atacado, encarcelado y excluido de ingresar a Uman, pero nada de eso logró detenerlo. Él sabía que tenía razón y sabía que la verdad iba a prevalecer al final.

Reb Noson continuó por su camino hasta su último aliento en este mundo, siempre enseñanzdo la Torá del Rebe Najman. En todos sus viajes, siempre llevaba los libros del Rebe, incluso en su arduo viaje a la Tierra Santa. Con cada libro que vendía, se alegraba enormemente de que ahora estas enseñanzas se encontraban en Istanbul, en
Alejandría, etc. Él construyó y operó su propia imprenta a fin de publicar los libros con mayor facilidad y precisión. Y cuando la confiscaron la imprenta, no se dio por vencido, sino que buscó nuevas maneras de seguir imprimiendo y difundiendo las lecciones del Rebe Najman. Toda su vida, tal como lo evidencian su diario y sus cartas, fue un genuino reflejo de la enseñanza del Rebe Najman: “No existe la desesperación en absoluto”.

Esta fue una de las últimas lecciones que enseñó el Rebe Najman, aproximadamente dos meses antes de su fallecimiento. Él enseñó esta lección desde lo más profundo de su enfermedad, cuando no tenía fuerzas y hasta les dijo a sus alumnos que no tenían motivos para ir a verlo, ya que no tenía nada para enseñarles. Desde este lugar, les enseñó de qué modo se pueden revivir a sí mismos cuando se sientan vacíos de todo, y entonces exclamó estas palabras por las cuales se hizo tan famoso. Reb Noson señala aquí, en esta lección, lo profundas que eran esas palabras y que él entendía que el Rebe Najman les estaba instruyendo a sus alumnos para todas las generaciones subsiguientes que, no importa lo que les pasara, no importa lo mucho que cayeran, siempre existe la esperanza y siempre pueden retornar a Hashem.

נהר הבוג המשתקף מציונו של רבי נתן מברסלבReb Noson ciertamente vivió de esa manera, pero para nosotros, no siempre es fácil. Miramos al Reb Noson y pensamos que, a pesar de su vida tan difícil, en realidad no tenía motivos para desesperarse debido a que era un tzadik, pero… ¿yo qué tengo que ver? ¿Cómo puedo enfrentar al mundo, enfrentar a Hashem, después de todo lo que he hecho? Reb Noson nos reveló un secreto en sus últimos momentos en este mundo. Mientras contemplaba las velas de Shabat que habían sido encendidas temprano aquella tarde, se lo oyó susurrar las palabras de la Amidá: “Janún hamarbé lisloaj” – el Compasivo, Quien perdona mucho. Tal como nuestros profetas dijeron una y otra vez, Hashem no quiere castigarnos y alejarnos, sino que quiere que retornemos a Él y entonces Él nos perdonará. Reb Noson sabía que es esencial que nos perdonemos, que conservemos la esperanza y que nos esforcemos por retornar a Hashem. Él era el que podía enseñarnos esta lección, ya que las palabras חנון המרבה לסלוח tienen la guematria (valor numérico) de 500, igual que Noson (נתן).

Cuando nuestros enemigos pusieron sitio a Jerusalem, todo parecía estar perdido. Era el comienzo del fin, y no había esperanza para el futuro. El mensaje de Jeremías de que todavía podían hacer teshuvá cayó en oídos sordos por la mayor parte, y todos sabemos cómo terminó todo. En este día, escuchemos el susurro del Reb Noson y perdonémonos y empecemos de nuevo. Y recordemos que, al igual que el Reb Noson, todos tenemos un poquito del Tzadik dentro de nosotros mismos, que podemos reflejar al mundo. Cuando encontremos ese pecacito del tzadik dentro de nosotros y lo compartamos con los demás, habremos cumplido con la visión del profeta de que el ayuno del décimo mes será para alegría de todos.

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