Con el debido respeto

חופשי מסבל וייסורים

“[Moisés] salió y vio a dos judíos peleando… [Moisés] dijo: ‘Ahora entiendo’“ (Éxodo 2:13-14).

 

Rashi explica que Moisés siempre se preguntó qué pecado habían cometido los judíos, peor que todas las demás naciones, para merecer el duro castigo de la esclavitud. Ahora comprendía que era un castigo apropiado para ellos.

 

¿Y nosotros, cómo lo entendemos? ¿Acaso el pecado judío era peor que el de las demás naciones? ¿Acaso la historia de las demás naciones no estaba llena de guerras, asesinatos y muchas otras conductas reprensibles?

 

El mundo entero fue creado para que el pueblo judío aceptara y recibiera la Torá. Debido a esto, al pueblo judío se le dio un kavod (honor) y el gobierno con el fin de influir en el mundo de una manera positiva. El alma tiene su raiz en el honor y por lo tanto automaticamente se siente atraída al honor. No solo los judíos mismos fueron exiliados en Egipto – tambien fue exiliado su honor. Cuando el honor judío cae en manos de las fuerzas de la impureza, las almas judías también son atraídas hacia el lado de la impureza y caen en el exilio.

 

Para Yosef, fue muy beneficioso el hecho de preceder a los judíos con su arribo a Egipto. Él elevó el honor impuro de los egipcios y lo llevó a la santidad. De esa manera, logró atraer a las almas judías a Egipto. Yosef les dijo a sus hermanos: “Contad a mi padre todo mi honor en Egipto” (Génesis 45:13). Nuestros Sabios dicen que fue apropiado que Yaakov descendiera a Egipto con cadenas de hierro. Sólo gracias al poder de Yosef los judíos pudieron liberarse del exilio (Shabat 89b).

 

Moisés contempló cómo había caído el honor judío y cómo las almas judías estaban atrapadas por los egipcios. Entonces fue testigo de cómo un egipcio degradaba y golpeaba a un judío. Moisés se preguntó por qué habían caído tan bajo, incluso más bajo que todas las demás naciones. Pero entonces vio a dos judíos luchando y comprendió. Si los judíos se hubieran demostrado el debido honor y respeto entre ellos, y especialmente a los tzadikim, los egipcios no habrían tenido poder alguno sobre ellos. El origen del poder de los egipcios radicaba en la falta de honor y respeto entre los miembros del pueblo judío.

 

Dios quiera que podamos merecer honrar a los tzadikim y encontrar los puntos de rectitud en todos nuestros compañeros, y que juntos tengamos el mérito de salir de este exilio también, rápidamente y en nuestros días. Amén.

 

Basado en Likutey Halajot, Hiljot Jovel bejaveró 3