Agarra lo que puedas! – Vaishlaj

בדיקת מציאות – האם מה שרואים זה הדבר האמיתי?

Nunca hay una situación de batalla completamente perdida; ¡siempre hay algo que se puede hacer para ayudar!

 

En la Parashat Vaishlaj, Jacob se va de la casa de su suegro, Labán, después de vivir con él durante 20 años. Jacob había trabajado durante 14 años para casarse con las hijas de Labán, Lea y Rajel, y otros seis años para criar las ovejas. Esav, el hermano de Jacob, seguía buscando venganza. Mientras Jacob esperaba hacer las paces con él, Esav se adelantó y contrató un ejército de 400 hombres fuertes para acabar con Jacob y su familia.

 

Se nos dice que Jacob se preparó para el próximo ataque de tres maneras diferentes: con regalos, con plegaria y preparándose para la batalla. Jacob preparó un enorme y abundante paquete de regalos para Esav con el fin de apaciguarlo. El regalo contenía ovejas, ganado y camellos, todos ellos ricos productos de la época. Jacob esperaba utilizar el deseo de materialismo de Esav para alejar su ira de él.

Nunca hay una situación de batalla completamente perdida; ¡siempre hay algo que se puede hacer para ayudar!

El segundo método era la plegaria. Jacob oró a Dios con profunda sinceridad e intensidad para ser salvado de su hermano.

 

La tercera forma de prepararse fue para la eventualidad de la guerra. Jacob se encontraba en una situación muy peligrosa. Esav llevaba años clamando por su sangre y se acercaba el momento de la confrontación. Jacob sabía que si su plegaria no era respondida y el regalo era rechazado, las consecuencias de esta guerra podrían ser muy amargas. En su rezo, Jacob mencionó que Esav venía a matarlo “a él, a las madres y a los hijos”. Jacob no podía estar seguro de que se produjera un milagro para él. Por lo tanto, decidió dividir su campamento en dos partes. Esta estrategia, aunque extremadamente dolorosa de llevar a cabo, proporcionaría al menos una oportunidad para que la mitad del campamento sobreviviera si la otra mitad era asesinada. ¿Cómo decide uno a cuál de sus hijos tratar de salvar? ¿Cómo se toman decisiones tan terribles en circunstancias tan difíciles?

 

Precisamente a partir del proceder de Jacob aprendemos una lección vital para toda la vida: que incluso cuando la batalla parece perdida, no hay que perder la esperanza. Nunca hay una situación de batalla completamente perdida; siempre hay algo que se puede hacer para ayudar. Jacob nos enseñó a no levantar nunca las manos en señal de derrota ni a sucumbir a la desesperación. Incluso cuando las cosas parezcan sombrías, haz lo que puedas para sacar lo mejor de una situación difícil.

אדם מתפלל התבודדות ביער

 

El Reb Noson relaciona esta idea con un tema llamado “división del consejo”. Esto se refiere a una situación en la que una persona tiene que tomar una decisión pero no sabe qué camino tomar. Se enfrenta a todo tipo de incertidumbre y confusión y carece de toda claridad. Son situaciones a las que todos nos enfrentamos con bastante frecuencia. Nos sentimos igual que Jacob cuando Esav se acercaba a él, atrapados sin luz al final del túnel. No tenemos idea de cómo salir de esta situación. Esto tiende a caer en sentimientos de desesperación y desesperanza.

 

Pero debemos saber que, en realidad, la batalla no está perdida. Jacob nos muestra que cuando estamos atascados, sin salida, siempre hay algo que se puede hacer para salvar la situación. Jacob dividió el campamento, para que al menos “sobreviva el campamento restante”. No fue una decisión agradable, pero fue lo mejor que pudo hacer dadas las circunstancias. Salva lo que puedas

 

La “división del consejo” es salvar lo que se pueda.

 

A menudo nos encontramos en situaciones de duda: por ejemplo, “¿Debo ir a este viaje de negocios o debo quedarme en casa?”. No hay nadie que nos diga exactamente qué hacer. Pero hay que saber que, sea cual sea la decisión que tomemos, siempre hay algo bueno que encontrar, siempre hay una oportunidad de sacar lo mejor de las circunstancias.

 

Esta idea se manifiesta en muchos ámbitos de la vida, tanto espiritual como físicamente. Empezar un nuevo programa de aprendizaje, decidir levantarse a tiempo cada día, o incluso emprender una nueva dieta. Al principio todo va perfecto pero entonces nos damos cuenta de que hemos tropezado y no hemos alcanzado nuestro objetivo. ¿Qué ocurre entonces? Pues que, como de todas formas no he conseguido lo que quería, puedo renunciar a todo el plan. He roto mi dieta, así que sé que voy a comer dulces y helados todos los días. He perdido el tren para ir a trabajar, así que mejor me quedo en la cama todo el día.

 

¡Por favor, no! Esto es exactamente lo que Jacob nos enseñó a no hacer. Él se encontraba en una situación mucho más precaria que la de romper una resolución. Sin embargo, él no dijo: “Es todo o nada” porque él comprendía la importancia de rescatar todo el bien que se pueda. Sin duda, debemos pedir siempre a Dios que nos ayude. Pero también debemos saber que cuando nos encontramos en medio de un dilema personal, debemos hacer lo que podamos para sacar lo mejor de cada situación.

 

(Basado en Likutey Halajot, Rosh Jodesh 7)