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Reinicio de Purim

Rebe Najman enseña que, si bien al principio, todos los comienzos -la energía que da vitalidad a todos los intentos de llevar a cabo el servicio Divino─ eran a partir de Pesaj, ahora todos los comienzos son a partir de Purim. El mensaje subyacente de Purim es que Di-s interviene para ayudarnos incluso cuando estamos lejos… incluso cuando nos hemos alejado de Él por medio de nuestros actos negativos. Es precisamente en esas coyunturas de la vida que Hashem nos regala una poderosa protección y ayuda para que podamos salgar del pantanal en el que nos metimos y volver a la buena senda.

Rebe Najman enseña que, si bien al principio, todos los comienzos -la energía que da vitalidad a todos los intentos de llevar a cabo el servicio Divino─ eran a partir de Pesaj, ahora todos los comienzos son a partir de Purim.

Rebe Najman enseña que es necesario el olvido si uno quiere servir a Dios. Porque si recordásemos cada uno de nuestros defectos y cada uno de nuestros fracasos todo el tiempo, nos costaría muchísimo ser felices. Por eso, el olvido es un regalo que nos permite actuar como si acabáramos de ser creados y no tuviéramos un pasado. La frescura y la alegría que nos trae es la mejor forma de prepararnos para Pesaj, para el nuevo comienzo de nuestra liberación.

 

Antes de Pesaj, eliminamos el jametz de nuestras pertenencias, y el carácter espiritual del jametz es la negatividad que surge de sentarnos a pensar en nuestros defectos hasta que fermentan. Purim presiona el botón de “restart” para que podamos desechar los pensamientos del pasado que intoxican nuestro presente.

 

Una plegaria:

Amado Creador, permíteme olvidar mi pasado para que pueda curarme y reiniciar mi vida. En vez de obsesionarme con el pasado, quiero enfrentar el futuro con un corazón confiado. Así como Tú nos ayudaste en Purim, ciertamente nos ayudarás en cada una de nuestras dificultades y nuestros momentos de incertidumbre. Ayúdame a quitar la depresión del pecado olvidando lo que ya no puede cambiarse y enfocándome en la alegría. Y cuando pueda, volveré atrás y corregiré lo que pueda. Pero, por ahora, déjame olvidar y abrazar los días maravillosos que empiezan con el Seder de Pesaj y que culminan al recibir la Torá cincuenta días después.