Ni lluvia, ni aguanieve, ni nieve…

Muchos de los jasidim Bresloveros que vivieron en Uman en el siglo XX fueron meticulosos en practicar hitbodedut en los campos y bosques por la noche, en cumplimiento del consejo de Rebe Najman.

 

Liderados por Reb Eliakim Getzel, descendiente de Rebe Najman, un grupo de ovdim (devotos) se reunían a medianoche y bajaban al río para sumergirse, rompiendo el hielo para usar el río como mikve. Su mayor preocupación era encontrar de nuevo el agujero en el hielo roto para volver a salir del agua. Llevaban consigo haces de paja y hacían fuego en la orilla del río para no congelarse al mojarse. Después, pasaban muchas horas haciendo hitbodedut en el bosque antes de regresar al pueblo a tiempo para las plegarias de la mañana.

Liderados por Reb Eliakim Getzel, descendiente de Rebe Najman, un grupo de ovdim (devotos) se reunían a medianoche y bajaban al río para sumergirse, rompiendo el hielo para usar el río como mikve. Su mayor preocupación era encontrar de nuevo el agujero en el hielo roto para volver a salir del agua.

Era una noche gélida, incluso más fría que las temperaturas bajo cero habituales en Ucrania, y casi todos los miembros del grupo no querían salir al bosque. Sólo Rab Eliakim Getzel y Rab Hirsch Leib Lippel se aventuraron. Con vientos que amontonaban la nieve a varios metros de altura, Rab Hirsch Leib no pudo seguir el ritmo y se retiró. Rab Eliakim fue el único en seguir adelante, realizando sus devociones solo en el bosque (oído de Rab Hirsch Leib Lippel).

* *

Rab Shabtai Breslovero se despertaba muy temprano y era uno de los primeros en llegar a la sinagoga todas las mañanas, incluso en los gélidos inviernos ucranianos, ¡e incluso cuando tenía más de ochenta años!

Cuando se le preguntaba al respecto, decía que sin duda le resultaría más fácil quedarse en la cama bajo las sábanas a primera hora de la mañana con esas gélidas temperaturas. “Pero cuando me despierto”, explica, “oigo una voz que me dice que me quede en la cama y me vuelva a dormir. Me pregunto: ‘¿Quién me lo dice? Es mi Mala Inclinación”. Luego reflexiono: “¡Pero ella es tan vieja como yo, y ella ya está en marcha! Así que salto de la cama enseguida… ¡y vengo a la sinagoga!” (Rabino Eliahu Jaim Rosen).

 

 

De “Contra viento y marea”

La increíble historia de un jasid americano que atravesó el telón de acero para llegar a la tumba de Rabi Najman en Uman”.