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La Redención depende de esto

Autor: breslov.org
אנחנו רצים ברחובות הסואנים של העולם
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Rebe Najman enseña lo siguiente:

 

“Porque las fuerzas del mal son un aspecto del exceso, y corresponden a la pena, como en (Proverbios 14:23), ‘En toda pena hay exceso’. También son juicios duros, que corresponden a (Génesis 6:6), ‘Sintió tristeza en su corazón.’ Y la esencia de la alegría está en el corazón, como está escrito (Salmos 4:8), ‘Has puesto alegría en mi corazón'”.

 

Una de las armas más potentes de las fuerzas del mal en el mundo actual es el exceso de pensamiento.  Estamos tan inundados de exceso de información, productos y opciones que nuestras vidas se quedan sin un espacio personal.  Esto nos lleva directamente a la depresión, que a su vez nos hace perseguir cada vez más las distracciones, formando así una espiral interminable de depresión.

Una de las armas más potentes de las fuerzas del mal en el mundo actual es el exceso de pensamiento.  Estamos tan inundados de exceso de información, productos y opciones que nuestras vidas se quedan sin un espacio personal.  Esto nos lleva directamente a la depresión

Tal como enseña Rebe Najman y dilucida su bisnieto Shimshon Barski en Etzot Mevoarot:  “El exilio es análogo a la depresión”. Lo que significa que cuanto más nos permitimos deprimirnos, que es el objetivo de esos pensamientos y elementos excesivos, más permanecemos en un estado de exilio.

איש קורא תהילים בכותל המערבי

 

Por eso es tan importante controlar nuestra forma de pensar y filtrar los pensamientos excesivos que conducen a una imaginación incontrolable y, en última instancia, a decisiones que llegamos a lamentar. La mente y el corazón son el lugar central de descanso de la Presencia Divina, que requiere de la alegría para expresarse plenamente.  Si nos separamos de esta alegría, entonces la Presencia Divina es esencialmente eliminada de nuestra conciencia, dejándonos desconectados y en un estado de depresión, ahogándonos en nuestro mundo ilusorio que hemos creado nosotros mismos.

 

Podemos liberarnos de esto.  Podemos encontrar ese anhelo de una verdadera relación con nosotros mismos y con el Creador, pero debemos protegernos de las fuerzas del mal y de sus armas de ruido interminable e información ambiental que nos llega en todo momento.  Con nuestros corazones y mentes en la balanza y las herramientas a disposición de nuestro enemigo cada vez más refinadas, no hay mejor momento que ahora para empezar.

 

 

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