Reb Noson se refirió una vez a la grandeza de la plegaria. El Midrash dice: Después de que las plegarias han sido recibidas en el Cielo, un ángel toma un juramento de ellas y luego envía las plegarias hacia más Arriba, a la Corona que adorna la cabeza del Santo (Shemot Rabá 21:4). “Toma nota”, dijo Rabi Noson, “¡ni siquiera los ángeles pueden elevarse al nivel que alcanzan las plegarias!” (Aveneha Barzel p.88).
Después de que las plegarias han sido recibidas en el Cielo, un ángel toma un juramento de ellas y luego envía las plegarias hacia más Arriba
La plegaria tiene el poder de cambiar la naturaleza (Likutey Moharan I, 216). Esto se aplica tanto a las fuerzas de la naturaleza como a la propia naturaleza humana. Rabi Noson dijo una vez: “Nada puede ayudar a la persona a romper sus deseos indeseados, excepto la plegaria”. Y es por un motivo muy simple. Normalmente, la persona que rompe sus deseos se queda ahora con dos deseos; igual que cuando una persona rompe algo por la mitad y se queda con dos trozos”. Pero con la plegaria, somos capaces de librarnos completamente de todos los deseos no deseados (cf. Siaj Sarfei Kodesh 1-511).
Rebe Najman enseña: El principal vínculo de la persona judía con Dios es a través de la plegaria (Likutey Moharan II, 84). A través de sus plegarias, cada judío adquiere un dominio y control absolutos – y puede lograr cualquier cosa que desee (Likutey Moharan I, 97).
La esencia de nuestra fuerza vital proviene de la plegaria (Likutey Moharan I, 9:1). La plegaria les da vida a todos los mundos (Likutey Moharan I, 9:3).