El coronavirus en las noticias – Ki Tisa

En la parashá de la Torá de esta semana, Ki Tisa, los judíos están esperando al pie del Monte Sinaí a que Moshé regrese con las tablas, y se están poniendo ansiosos. Calculan mal la hora y el día en que Moshé debe regresar. Empiezan a preocuparse mucho. Entonces comienzan a ponerse frenéticos y entran en pánico. Pues bien – ¿qué deciden hacer? Construyen un becerro de oro.

 

Construyen el becerro porque su miedo se apodera de ellos y no lgoran pensar con claridad. Comienzan a pensar que no pueden obtener directamente lo que necesitan de Hashem sin un intermediario, en este caso, un ídolo.

 

No es que no crean en Hashem. Sí creen en Él. Pero su ansiedad impacta en su capacidad de recordar todos los milagros que Hashem les hizo al sacarlos de Egipto. No están pensando en el cruce del Mar Rojo. No están pensando en el maná que cayó y los sostuvo en el desierto. Ni siquiera tienen la presencia de ánimo para recordar que están allí en el Monte Sinaí, después de tener la tremenda experiencia de escuchar a Hashem mismo. De alguna manera, hay una desconexión. En su confusión, sienten que Hashem no está cerca de ellos, y que no los sostiene, y que tienen que hacer algo extraordinario para lograr lo que necesitan. Tienen que actuar, incluso si la acción va en contra de la misma lógica.

Calculan mal la hora y el día en que Moshé debe regresar. Empiezan a preocuparse mucho. Entonces comienzan a ponerse frenéticos y entran en pánico. Pues bien – ¿qué deciden hacer? Construyen un becerro de oro.

En Likutey Moharan 62 Rebe Najman explica que algunas personas creen que Hashem debe trabajar a través de un intermediario – fuerza, acción o autoridad intermedia. Piensan que sólo pueden ganarse la vida si tienen el título exacto, las conexiones correctas y el trabajo adecuado. De lo contrario, sienten que están perdidos. Piensan que un enfermo sólo puede curarse si tiene el médico más famoso y la mejor medicina y el tratamiento más probado o vanguardista. Se olvidan de que Hashem es quien realmente manda.

 

Hashem creó un mundo en el que realmente debemos hacer hishtadlut, llevar a cabo acciones físicas. Debemos realizar ciertas acciones ya que las acciones crean el recipiente en el que Hashem vierte la bendición que necesitamos. Así, vamos a trabajar para recibir un sueldo que nos proporcione el dinero necesario para vivir. Nos mantenemos al tanto de las noticias sobre el coronavirus y tratamos de averiguar si el viaje al extranjero que estamos planeando es realmente necesario. Tomamos algunas vitaminas adicionales y nos lavamos las manos más a menudo.

 

En realidad, Hashem no necesita pasar por estas fuerzas y estos medios intermediarios. Él puede darnos todo lo que necesitamos directamente. Él puede darnos hogares y llenarlos de comida y protegernos incluso de la enfermedad más virulenta. Sin embargo, Rebe Najman dice que debemos ver estas acciones intermediarias como algo importante y absolutamente necesario. Eso es porque nuestras acciones son en realidad ejercicios avanzados de construcción de la emuná. El truco consiste en rezarle a Hashem directamente para que satisfaga todas nuestras necesidades, incluso mientras trabajamos, nos lavamos las manos o lo que sea que debamos hacer. Debemos hacer nuestro hishtadlut mientras recordamos que es Hashem Quien nos sostiene y provee.

 

Que tengas un día en el que realmente sientas y creas que Hashem está ahí para ti directamente. Hashem es el verdadero Sanador.