Reb Noson era realmente humilde, pero a pesar de eso, alabó mucho su propio Likutey Tefilot, el libro de plegarias que escribió por recomendación del Rebe Najman. El Rebe dijo que nada Le da tanta felicidad a Dios como tomar la Torá y convertirla en plegaria. Reb Noson hizo esto literalmente, componiendo hermosas e inspiradoras plegarias basadas en cada una de las lecciones del Rebe en el Likutey Moharan. Reb Noson dijo: “La gente dice que la famosa obra del Shlah Hakadosh – el Shnei Lujot HaBrit – es la entrada al Gan Eden. Pues bien, ¡el Likutey Tefilot es el Gan Edén mismo!”.
El Rebe dijo que nada Le da tanta felicidad a Dios como tomar la Torá y convertirla en plegaria. Reb Noson hizo esto literalmente, componiendo hermosas e inspiradoras plegarias basadas en cada una de las lecciones del Rebe en el Likutey Moharan.
No todos saben que hubo otro discípulo del Rebe Najman que también trató de componer plegarias enraizadas en las lecciones del Rebe. Cuando este alumno llegó a la tercera lección del Likutey Moharán, que habla de la importancia del canto sagrado, se topó con una barrera. ¿Cómo debía abordar esta lección en la plegaria? Entonces le preguntó a Reb Noson si ya había escrito alguna plegaria sobre esa lección.
“Sí, ya escribí”, respondió Reb Noson.
“¿Puedo verla?”, preguntó el discípulo.
“Por supuesto”, dijo generosamente Reb Noson.
Cuando el estudiante vio la plegaria, se quedó muy asombrado. Reb Noson comienza la plegaria diciendo: “Amo del universo, que escoge los cantos de alabanza y que eligió a David y a sus descendientes…” Reb Noson se extiende en este tema, llevando al lector a los maravillosos conceptos analizados en la lección del Rebe.
El discípulo exclamó: “Ahora que veo con cuánta gracia aborda los temas principales de la lección, siento que se me han abierto los ojos”, dijo. “Creo que la tarea de convertir las lecciones del Rebe Najman en oraciones debe quedar en manos de usted. Es su misión, ya que cada detalle de la Torá brilla tanto en sus plegarias”.
Reb Noson solía decir que muchas personas llegaron al Gan Eden en virtud de que recitaban todo el tiempo sus plegarias.
El Rabino Yaakov Meir Schechter vio que cierta persona pasaba una o dos horas cada día recitando con lágrimas las plegarais del Likutey Tefilot y se enteró de que esta persona era un simple trabajador al que se le pagaba por hacer pequeñas mudanzas. Pero cuando rezaba estas plegarias, se podía ver el poderoso efecto que tenían en él. Las decía con todo su corazón. ¡Gan Eden!
Basado en Siaj Sarfey Kodesh