Parshat Naso: Cuerpo y Alma (Enraizamiento y Elevación)

תזכור את הזוהר הצפוני שלך!

En la Parsha Naso, Moshé termina de erigir el Mishkan (el Tabernáculo). La tribu de Yisajar señala que el Mishkan está flotando, que no hay nada para llevarlo y transportarlo. Todas las tribus traen entonces carros cubiertos y bueyes para transportar el Mishkan en su viaje.

 

Reb Noson nos dice que este consejo se aplica a cada uno de nosotros. Dice que, dado que nuestra espiritualidad es trascendente, porque es tan edificante y elevada, necesitamos recordar que debemos tener los pies en la tierra. Tenemos que encontrar una manera de llevar y transportar de forma práctica nuestro viaje espiritual personal. Puede que no sea una cuestión con la que la persona luche conscientemente todos los días. Pero cuando hacemos algo particularmente elevado, por ejemplo, hacemos un viaje a Uman, celebramos un Yom Tov profundamente significativo, o nos enfrascamos en nuestras plegarias, sentimos que nos elevamos. Sin embargo, también tenemos que recordar que tenemos que tener los pies en la tierra para poder “llevar” esta espiritualidad.

Dado que nuestra espiritualidad es trascendente, porque es tan edificante y elevada, necesitamos recordar que debemos tener los pies en la tierra. Tenemos que encontrar una manera de llevar y transportar de forma práctica nuestro viaje espiritual personal.

Cuando el Rebe Najman era más joven, él quería servir a Hashem con verdadera mesirut nefesh, abnegación o sacrificio del alma, o sea, con cada fibra de su ser. Y pensó que una buena expresión de esto sería si conquistara su deseo de comer. Así que se negó a saborear la comida. Lo que hacía era tomar trozos de comida y tragarlos enteros sin probarlos. En efecto, así fue como mató su deseo de comer. (También hizo otras devociones extremas).

Pero, cuando se hizo mayor, les dijo a sus Jasidim que no debería haber hecho todas esas devociones intensas, todas esas cosas que iban más allá de su físico, de su cuerpo material, con tanta dureza. Les dijo que estas prácticas eran muy dañinas y que, de hecho, habían perjudicado su propia salud.

 

El Rebe enseña que es importante tener siempre los pies en la tierra. Somos almas, es cierto, pero vivimos en el mundo material. Incluso en la plegaria no debemos rezar sólo por nuestras necesidades espirituales, también debemos rezar por nuestras necesidades mundanas. Si tienes un abrigo roto o te falta un botón, también debes rezar por eso. Así conseguimos permanecer en este mundo y mantener nuestra espiritualidad. Necesitamos ambos aspectos para vivir una existencia completa y cumplir nuestro propósito en esta vida.

 

Que tengas un día en el que cumplas tu propósito.