Rabi Najman de Breslov enseñó…
“Rebe Najman sugirió una serie de formas para abrir la puerta del Cielo, incluyendo: la plegaria fija y la plegaria espontánea; la hitbodedut, que es su modalidad especial de meditación; y el grito silencioso”.
(La silla vacía)
¿Qué significa esto para mí?
¿Qué es ese “grito silencioso”? ¿Qué consigue y cómo debemos hacerlo? Rebe Najman dijo: “¿Cuándo hago mi hitbodedut personal? Cuando todo el mundo está a mi alrededor, es cuando me aíslo con Dios. Sé cómo gritar en silencio. Lo que digo se oye de un extremo a otro del mundo, ¡pero los que están a mi alrededor no oyen absolutamente nada!
Cuando todo el mundo está a mi alrededor, es cuando me aíslo con Dios. Sé cómo gritar en silencio. Lo que digo se oye de un extremo a otro del mundo, ¡pero los que están a mi alrededor no oyen absolutamente nada!
“Cualquiera puede hacer esto. Imagina el sonido de un grito así en tu mente. Así como la garganta lleva el sonido de los pulmones a los labios, hay nervios que llevan el sonido a la cabeza. Cuando haces esto, estás gritando dentro de tu cerebro. Dirige ese grito a Hashem y eso te abrirá la puerta del Cielo”.
Si fuera al parque a gritarle a Dios, los vecinos seguramente sentirían necesidad de llamar a los servicios de emergencia! Pero cuando mi grito es totalmente interno, toda esta energía reprimida se canaliza en mi grito interior. Y tal como explicó Rebe Najman, toda la acción de gritar puede llevarse a cabo internamente; la única diferencia entre esto y un grito real es el paso del aire a través de la tráquea. En cierto modo, cuando el grito está totalmente dentro, ninguna de su energía se difunde en las manifestaciones superficiales. El único que lo oye soy yo… y Hashem.
Una plegaria:
¡Amo del universo!
Escucha los gritos angustiosos
y los lamentos desesperados
de cada uno de
Tus hijos amados.
Oyes mis gritos incoherentes,
comprende mis palabras desordenadas.
Me esfuerzo por llegar a Ti
con mis plegarias inadecuadas
Te llamo,
y Tú comprendes.
(El Arma Suave, p. 23)