Nuestros sabios nos dicen que Elul son iemei ratzon, días en los que es más fácil encontrar favor a los ojos de Dios. Rebe Najman explica que los cuarenta días durante los cuales Moshé ascendió a lo alto para recibir el segundo juego de las tablas comenzaron el primer día de Elul y terminaron en Iom Kipur. Fue durante este período de tiempo que Dios se apaciguó después del pecado del Becerro de Oro que había precipitado la ruptura del primer juego de tablas. Esto hace que sea el momento perfecto para centrarse en la reparación de nuestra relación con Dios mediante la limpieza de los restos de nuestro pasado.
Esta oportunidad trae consigo un nuevo tipo de responsabilidad. Imagínate a alguien atrapado en una cruel prisión. Todos sabemos que un prisionero aprovechará la primera oportunidad para escaparse. Ahora bien: Elul es nuestra oportunidad de libertad; ¿por qué no saltamos para liberarnos la carga de nuestro viejo yo?
Elul es nuestra oportunidad de libertad; ¿por qué no saltamos para liberarnos la carga de nuestro viejo yo?
Reb Noson explica que estos días se llaman “días de deseo” porque es el momento en que ahondamos en lo más profundo de nosotros mismos haciendo que despierte el deseo de nuestra alma por Dios. Todos anhelamos la cercanía espiritual y la realización. El shofar, o sea, el cuerno de carnero, que se toca después de los rezos matutinos durante este mes, nos prepara para Rosh Hashaná. Su sirena nos llama a despertar de nuestro profundo sueño espiritual.
Una plegaria
Querido Dios. Ayúdame a aprovechar estos días especiales anhelando la cercanía a Ti, y haciendo todo lo que pueda para acercarme a Ti. ¡Ayúdame a liberarme por fin!