En Israel, especialmente en Jerusalem, comienzan a soplar vientos especiales en el mes de Elul. Como no podía ser de otra forma, este año ha sido así y en cuanto ha entrado el mes de Elul se ha comenzado a sentir ese cambio en el ambiente.
Estos vientos son vientos de cambio, además de anunciar la cercanía del otoño y próximo invierno (aunque con este calor se nos haga una posibilidad muy remota) también anuncian el cambio espiritual al que podemos optar en estas semanas y que definirá el próximo año.
Comenzamos el mes de Elul entre noticias de aumento de casos de enfermos por Corona, de nuevas administraciones de vacunas, de cancelaciones de planes de vacaciones y de augurios de nuevas realidades que no son sino la evolución natural de los acontecimientos.
Estos vientos son vientos de cambio, además de anunciar la cercanía del otoño y próximo invierno (aunque con este calor se nos haga una posibilidad muy remota) también anuncian el cambio espiritual al que podemos optar en estas semanas y que definirá el próximo año.
Y en medio de toda esta conmoción a la que ya casi se podría decir que estamos acostumbrados, se presenta ante nosotros la posibilidad de que todo se enmiende. En el mes de Elul aumentamos las tefilot, usamos plegarias que están reservadas durante todo el año para este tiempo especial con la esperanza de que HaShem tenga piedad de nosotros y perdone nuestro comportamiento no del todo perfecto del que hemos hecho gala a lo largo del año.
Ahora tenemos la oportunidad de arrepentirnos, un mes completo en el que podemos hacer teshuvá y rendir cuentas ante el Creador. Pedir a HaShem que disculpe nuestras faltas no es una tarea que se deba pasar por alto, hay que tener en mente que el juicio se acerca y quien más y quien menos ha cometido faltas que pueden ser leves, moderadas o, Di-s nos libre, muy graves.
HaShem nos da cada día, a cada momento, la oportunidad de volver en teshuvá y acercarnos a Él. Tal vez las señales puedan ser un poco confusas a veces, pero es el iétzer hará quien las vuelve así. Si precisamente cuando empezamos a cumplir mitzvot y a enmendar nuestro comportamiento nos vienen pruebas duras, deudas, enfermedad… la persona piensa, confundida, por qué precisamente ahora que está comportándose según los mandatos de HaShem le están viniendo estas situaciones difíciles. Por desgracia, puede llegar a pensar que se ha equivocado al querer hacer este acercamiento a las leyes de la Torá y dejarlas de lado de nuevo. Sin embargo, lo que realmente sucede es que está yendo por el buen camino.
Cuando nos damos cuenta de que debemos cumplir mitzvot, arrepentirnos de nuestro erróneo comportamiento y tratar de subsanar estos errores haciendo buenas acciones, el iétzer hará se pone en alerta. Al llevar una vida libertina, el iétzer hará no tenía nada que hacer, pero una vez que esa persona se activa y quiere volver en teshuvá entonces también el iétzer hará se pone en marcha para que no lo logre y es por eso que todo se le vuelve del revés a la persona.
También hay que tener en cuenta que a lo largo del tiempo que hemos estado pensando más en nosotros mismos y en nuestro ego que en los Preceptos Divinos, hayamos comenzado a generar una deuda espiritual que debe subsanarse de algún modo en este plano espiritual para que al llegar a los juicios esa deuda ya esté saldada y no incline la balanza en contra nuestra.
Que tengas mucho éxito y mucha fuerza para volver en teshuvá durante este mes de Elul que estamos comenzando y que el viento sople a tu favor para que llegues al juicio de Rosh HaShaná con saldo positivo en mitzvot.