Reb Hershel Tepliker era un exitoso y perspicaz hombre de negocios de Breslov, pero había sido un poco díscolo en su juventud. Junto con muchos jóvenes judíos de su época, fue alistado a la fuerza en el ejército. Como era de naturaleza frágil, la vida de soldado le resultó muy difícil. Cuando a su unidad se le ordenaba cargar y arrastrar enormes sacos de arena, estaba seguro de que se desplomaría y moriría bajo la pesada carga.
“¡Hashem!”, clamó Hershel en una plegaria sincera: “¡Si me salvas, prometo retornar a Ti y ser un judío excepcional!”. Milagrosamente, Hershel fue liberado del servicio poco después.
El joven intentó cumplir su compromiso lo mejor que pudo, vagando por Ucrania hasta que finalmente llegó a Umán. Sabía que para mantenerse fuerte tendría que formar parte de una comunidad, pero no tenía idea de cuál elegir. Así que decidió visitar todas las sinagogas de Umán para ver dónde se sentía más a gusto.
Hershel entró en una sinagoga y se acercó a unos hombres que estaban charlando juntos. En aquellos tiempos tumultuosos, no era de extrañar que estuvieran hablando de la guerra. Cada hombre mencionaba citas de los periódicos: lo que supuestamente dijo un líder, cómo reaccionó este otro político, etc. Reb Hershel se desplazaba a otros rincones de la sinagoga, donde parecía que todos mantenían la misma conversación, presentando diferentes perspectivas de los acontecimientos actuales. Sus visitas a otras sinagogas dieron resultados similares.
Al entrar en el kloyz de Breslov, también vio a la gente hablando. Al escuchar una conversación, se sintió intrigado al ver que hablaban de servir a Dios. Reb Hershel pensó que se habían vuelto locos. Después de todo, ¿quién podría concentrarse en asuntos espirituales en épocas tan inciertas?
Escuchando otras conversaciones, se asombró cada vez más al encontrar lo que parecía ser una sinagoga entera llena de hombres que no hablaban de la guerra, sino de su servicio Divino. Reb Hershel era un hombre muy práctico. “Si estos jasidim pueden mantenerse centrados en el mundo espiritual en medio de una guerra, quiere decir que he encontrado el lugar indicado para mí!”.