Página principal El mundo de Breslov Aceptar la grandeza de los demás (y de paso alcanzar la tuya)

Aceptar la grandeza de los demás (y de paso alcanzar la tuya)

Autor: Chaya Rivka Zwolinski
When Overwhelm Hits
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En la Parasha Koraj, la Torá enseña que Koraj se alejó de la comunidad y se rebeló contra la autoridad de Moshé Rabeinu, desafiando el derecho de Aarón Hakohen al sacerdocio. ¿Cómo fue que Koraj terminó siendo una fuerza tan negativa?

 

Koraj era descendiente de Leví (hijo de Yaakov), y también primo de Moshé y Aarón. Koraj tenía un gran potencial -era rico, inteligente, culto y muy espiritual-, pero se negó a escuchar a Moshé Rabeinu o a aceptar cualquier tipo de orientación de él. Era un hombre arrogante y altivo que consideraba que nadie debía tener autoridad sobre él. Al fin y al cabo, era un hombre de gran nivel.

Koraj era descendiente de Leví (hijo de Yaakov), y también primo de Moshé y Aarón. Koraj tenía un gran potencial -era rico, inteligente, culto y muy espiritual-, pero se negó a escuchar a Moshé Rabeinu o a aceptar cualquier tipo de orientación de él.

Debido a su incapacidad de aceptar humildemente que había otros que eran más grandes que él, acabó cayendo. Él no pensaba que tuviera que mejorar: todos los demás a su alrededor tenían que cambiar, no él. Y como no quiso trabajar en sí mismo, nunca llegó a conocerse a sí mismo. Como no sabía quién era, Koraj luchaba contra todos los demás. Si hubiera sabido quién era, podría haber trabajado sobre sí mismo y podría haber realizado su verdadero potencial. Pero como no se conocía a sí mismo, su rebelión, en el nivel más profundo, era en efecto, una rebelión contra su propia nekuda tova, el punto bueno dentro de cada uno de nosotros que anhela conectarse con Hashem y por lo tanto, es atraído hacia la bondad y la luz.

Just to take my pride out of the equation

 

En Likutey Moharan 46, el Rebe Najman explica que cada persona tiene que ser ella misma. Tiene que mirar dentro de sí misma y descubrir quién es. Tiene que descubrir, con la ayuda de Hashem, la mejor manera de cumplir la misión de su vida. La misión de su vida es única para él, pero normalmente implica buscar la paz y evitar el conflicto. Al final tiene que aceptarlo o luchar y sentir una tremenda angustia e insatisfacción, incluso ira. Cuando la persona trabaja en sí misma y sabe quién es, crea unidad y paz entre toda la oposición interna y externa.  Este impulso de paz y unidad mitiga los decretos Divinos y endulza la propia vida. Trae paz y alegría.

 

Si Koraj hubiera aceptado la grandeza de Moshé y Aharón, la grandeza de los tzadikim, con el tiempo habría llegado a ser consciente de sus propias virtudes, e incluso habría desarrollado su propia grandeza, la grandeza que le era propia.

 

Que tengas un día en el que aceptes humildemente las enseñanzas de los justos tzadikim y desarrolles tu propia grandeza personal.

 

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