“Y lo transformaron en un día de festejo y de gozo” (Ester 9:18)
La hija del Rebe Najman, Sarah, se casó en Mevdedevka inmediatamente después de Purim. Reb Noson hizo el largo viaje a Mevdedevka para la boda y recién llegó cuando ya estaba por terminar Purim. Después del viaje tan prolongado, Reb Noson estaba tan exhausto que realmente no logró alegrarse como debería en esta festividad. Si bien había llegado a tiempo para estar con el Rebe en Purim y la boda, no tenía energía para disfrutarlo.
Nunca es demasiado tarde. Nunca podemos perder la esperanza, ya que la desesperación no existe. Si no lograste hacer algo de la mejor manera la primera vez, puedes compensar la pérdida haciendo un esfuerzo mayor la próxima vez.
Al día siguiente, le contó al Rebe cómo se sentía, que este Purim le faltaba alegría y el Rebe Najman le respondió: “Shushan Purim (el día en que se festeja Purim en las ciudades con murallas, como es el caso de Jerusalem) es también Purim. Y es también una mitzvá estar contentos en Shushan Purim. Al alegrarte hoy, puedes compensar la alegría que te faltó ayer”.
Esta breve pero dulce enseñanza está en el corazón de cada breslevero: nunca es demasiado tarde. Nunca podemos perder la esperanza, ya que la desesperación no existe. Si no lograste hacer algo de la mejor manera la primera vez, puedes compensar la pérdida haciendo un esfuerzo mayor la próxima vez.
Yo tengo la tendencia típicamente humana de creer que puedo arruinar cosas, pero que no puedo repararlas. Pero en realidad ocurre lo contrario. Es imposible corromper las ganancias espirituales que he hecho, no importa lo que pase. Y cada daño, hasta el peor daño posible, ciertamente será rectificado si mantengo una actitud positiva, haciendo todo el bien que pueda, y evitando hacer errores a partir de ahora.
