Vivir dentro de la paradoja

Este espacio, esta percepción de existencia independiente, es lo que necesitamos para alcanzar un nivel de tikún, de rectificación de nosotros mismos.

Cuando Dios creó el mundo, lo hizo de una manera tal en la que Su propia presencia quedaría oculta. Esto es lo que se llama el “Jalal Panui” o Espacio Libre. En este espacio, existe toda la Creación tal como la conocemos y los mundos superiores, y lo más importante, nuestro propio sentido de “yo”.

Es este sentido de “yo” el que debemos nutrir y cultivar. Es por eso que fuimos enviados a lo que a primera vista parece ser un mundo “sin Dios”. Sin embargo, este espacio, esta percepción de existencia independiente, es lo que necesitamos para alcanzar un nivel de tikún, de rectificación de nosotros mismos.

Esta es la paradoja que tanto fascina a los filósofos. Por un lado, anhelamos y deseamos una relación auténtica con el Creador. Sin embargo, mantener esta relación equivale a prácticamente renunciar a nuestro propio yo y entonces decidimos dar un paso atrás, fortalecer el Espacio Libre, o la percepción de “falta de Divinidad” en el universo.

En este espacio, existe toda la Creación tal como la conocemos y los mundos superiores, y lo más importante, nuestro propio sentido de “yo”.

La solución a dicha paradoja, a este traumático conflicto interior que todos llevamos dentro, es la emuná, la fe pura y simple en el Creador. La resolución a este tira y afloja entre nuestro yo subconsciente y nuestra conciencia que ha sido infundida por la percepción de una existencia independiente, es abandonar la contradicción por completo.

Cuando reconocemos que la contradicción que sentimos entre la unicidad de Dios y nuestra propia existencia independiente no tiene una contradicción inherente excepto lo que ocurre dentro de la mente, entonces el trauma interno se desvanece, dando lugar a una nueva senda, a una nueva forma de encarar la vida. Este nuevo enfoque es de auto-crecimiento y autenticidad, pero también está gobernado y guiado por la luz del Creador, quien nos envió a cada uno de nosotros a este mundo a fin de revelar la unidad dentro de la multiplicidad de la tela de la Creación.

 

Basado en Likutey Moharán 64; Likutey Halajot Minjá Halajá 4