Antes de la llegada del Mashíaj, habrá un gran Tikún – una limpieza de las almas. Esto podría venir con gran tribulación y agitación, o podría ser un proceso desafiante pero agradable de evolución personal y universal.
Rebenu subraya en la lección de Azamra (Likutry Moharán 282) la importancia crítica de ver el bien en los demás y en uno mismo. El Biur HaLikutim explica: lo que lleva a una persona al arrepentimiento es el acto de tamizar sus actos y características, separando lo bueno de lo malo. El resultado prometido es sorprendente. El Talmud enseña que este proceso transforma sus pecados en mérito. Se genera su propia canción personal de alegría y puede arrepentirse.
Antes de la llegada del Mashíaj, habrá un gran Tikún – una limpieza de las almas. Esto podría venir con gran tribulación y agitación, o podría ser un proceso desafiante pero agradable de evolución personal y universal.
Reb Noson nos enseña que este es el papel del Shalíaj Tzibur / Líder de la Plegaria, percibir lo bueno en todos los congregantes y reunir sus plegarias para que se eleven a lo Alto. Este es un gran secreto y una oportunidad para la redención personal y universal.
¡Elegir lo bueno de lo malo!
¿Sabías que el deseo del Rey David era que los judíos estudiaran los Tehilim como los demás textos sagrados? Rebe Najman, haciéndose eco de esta instrucción, nos pidió que nos encontráramos a nosotros mismos en las palabras de los Salmos – nuestros puntos buenos y nuestros puntos malos. Rebe Najman enfatizó que encontrar nuestros puntos buenos y expresarlos en la recitación de los Salmos del Halel del servicio matutino es fundamental para el avance espiritual.
Así que humildemente sugerimos: estudia el Tikún Haklali, encuentra los versículos e incluso las palabras sueltas que te hacen ver tus puntos buenos. Subraya esos versículos y palabras y, mientras dice el Tikún Haklali, invoca a Hashem utilizando esos versículos y palabras con especial atención y concentración. Llama a Hashem. Pon en acción la Azamra en un proceso diario de teshuvá – el Tikún Haklalí.