“Él nos enseña de las bestias de la tierra y nos hace sabios de las aves del cielo” (Job 35:11).
Dios les dice a los judíos: “Aprendan de la vaca de Elías”.
¿Qué hizo la vaca de Elías? “Cuando el profeta Elías desafió a los adoradores del Baal (1 Reyes 18:25): “Escoge una vaca y ve primero a hacer una ofrenda”, se reunieron 450 profetas de Baal y 450 profetas de Asheirah. A pesar de trabajar juntos, ¡no lograron conseguir que la vaca levantara una pata! ¿Y por qué no?
“Elías les dijo a los adoradores de Baal: ‘Vayan a buscar vacas gemelas, de una misma madre, que hayan crecido en el mismo establo. Echen suertes, una para Dios y otra para Baal. Luego elijan la que quieran’. Así lo hicieron. La vaca que quedó para Elías se vino con él enseguida. Pero la otra, la que querían los adoradores de Baal, no se movió. Incluso cuando los 900 profetas (¡!) trataron de empujarla hacia el altar, ¡no se movió! Finalmente, Elías le dijo a la vaca: “Ve con ellos”.
Delante de toda esa gente -los profetas y todos los demás- la vaca respondió: “Mi hermana y yo venimos del mismo vientre. Crecimos comiendo el mismo forraje, en el mismo establo. Ella fue elegida para estar en la porción de Dios. El Nombre de Dios será santificado a través de ella. ¿Por qué yo fui elegida para ser del Baal y para enfurecer a mi Creador?
“Elías respondió: ‘Ve con ellos y no les des una excusa para evitar mi desafío. Así como el Nombre de Dios será santificado a través de mi vaca, y también lo será a través de ti’. La vaca no se quedó tranquila. ¿Este es el consejo que me das? No me moveré de aquí a menos que me entregues a ellos’. Y Elías así lo hizo”.
Dios les dice a los judíos: “Aprendan de la vaca de Elías. Ni se les ocurra adorar a los ídolos”.