Nuestros Sabios aconsejaron: Cada persona debe decir que “el mundo fue creado sólo para mí” (Sanhedrín 37a). ¿Qué significa esto? Significa que cada persona es importante y especialmente tú. Es cierto. Tú eres lo primero. El mundo fue creado para ti. Lo único es que, como explica el Rebe Najman, este privilegio conlleva una gran responsabilidad. Y dado que el mundo fue creado para mí, debo velar por su rectificación, ya que yo soy responsable del mundo (Likutey Moharan I,5:1).
Rebe Najman enfatizó: “No importa lo que haya sucedido, no importa cuán lejos te hayas desviado, nunca pierdas la esperanza”.
Reb Noson no sólo estudió las enseñanzas de Rabi Najman, sino que las vivió con toda su alma. Encontrar los puntos buenos es un tema que aparece una y otra vez a lo largo de sus discursos en su afamada obra, el Likutey Halakhot. Reb Noson traduce la lección AZAMRA! en una guía práctica para mejorar las relaciones con la familia, los amigos y los vecinos – y, de hecho, con cualquier persona con la que entremos en contacto. Imagínate, la mayoría de las discusiones en el hogar se eliminaría instantáneamente si tan sólo pudiéramos llegar a ver los puntos buenos y centrarnos sólo en las cualidades positivas de nuestro cónyuge y nuestros hijos.
Reb Noson no sólo estudió las enseñanzas de Rabi Najman, sino que las vivió con toda su alma. Encontrar los puntos buenos es un tema que aparece una y otra vez a lo largo de sus discursos en su afamada obra, el Likutey Halakhot.
Rebe Najman subrayó: “¡Nunca pierdas la esperanza!” (Likutey Moharan II,78). No importa lo que haya pasado, no importa lo lejos que te hayas desviado, ¡nunca pierdas la esperanza! Reb Noson añade: Siempre puedes encontrar la forma de volver a Dios. Si has empezado, continúa. Si todavía no has empezado a servir a Dios, ¡empieza ahora! (Likutey Halakhot, Masa UMatan 4:16).
Reb Noson reconoció nuestra necesidad de obtener hitjazkut (fortalecimiento espiritual). Sin embargo, siempre que habla del fortalecimiento que podemos obtener de los demás, inevitablemente pasa a hablar del fortalecimiento que debemos obtener de nosotros mismos. En el análisis final, no importa cuánto estímulo recibamos de otros (el Tzadik, nuestra familia, amigos, etc.), el tema se reduce a cuánto nos preocupamos por nosotros mismos. Por lo tanto, Reb Noson escribe: Después de todo, si tú no te compadeces de ti mismo, ¿quién lo hará? (Likutey Halajot, Netilat Yadaim Liseudá 6:37).
Además, Reb Noson escribe lo siguiente: ¡Ni siquiera una pizca de bien se pierde! ¡Nunca! Nuestros Sabios enseñan: “Si has buscado y has encontrado, créelo” (Meguilá 6b). ¿Por qué tenemos que creerlo? Si he encontrado, entonces lo sé. ¿Qué sentido tiene creer? Pero, este es precisamente el punto. Por mucho que busques el bien, puedes pensar que aún no lo has logrado o alcanzado. Puede que te sientas aún más alejado de tu objetivo de lo que estabas antes de empezar. Con esto en mente, nuestros Sabios enseñaron específicamente: ¡créelo! Cree que has encontrado algo bueno, ¡aunque no lo veas! (Likutey Halajot, Bircat HaPeirot 5:1,2).
Reb Noson también ilustra cómo podemos llegar a ver ese bien, y en el proceso descubrir que tenemos incluso más bien de lo que pensamos. Cuando perdemos algo importante, algo que necesitamos inmediatamente, enseguida vamos a buscarlo. Lo buscaremos por todas partes hasta que lo encontremos. Lo que suele ocurrir en el transcurso de la búsqueda es que nos encontramos con otros objetos “perdidos”, cosas que habíamos “olvidado” y que no recordábamos que aún teníamos. Lo mismo ocurre con la persona que siempre está buscando sus puntos realmente buenos en el judaísmo: en el curso de su búsqueda, inevitablemente se encontrará con otros puntos “perdidos” que también le pertenecen, que son suyos y sólo suyos. Para su sorpresa, descubrirá que tiene muchas “pequeñas buenas cualidades” en su interior (Likutey Halajot, Bircat HaPeirot 5:4).
(extraído del libro Cruzando el Puente Angosto: Una guía práctica de las enseñanzas de Rabi Najman)