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Transparente – Tetzave

Autor: Ozer Bergman
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Mucha gente me pregunta “¿Qué significa unirse al tzadik?”

Como muchos de ustedes sabrán, en la Parashat Tetzavé no aparece el nombre de Moshe Rabenu ni una sola vez.

Mucha gente me pregunta “¿Qué significa unirse al tzadik?”. Pues bien, en varias lecciones del Likutey Moharán y en Sijot HaRán, el Rebe Najman enseña que antes de empezar a rezar, tenemos que decir “Hareni mekasher atzmí lejol ha-tzadikim ha-amitiim she bador – Me uno a todos los tzadikim verdaderos de la generación”. En primer lugar, esto no significa que uno le esté rezando a otro ser humano, Dios no lo permita. Los judíos Le rezamos a Dios, solamente a Dios. Y si bien este apego significa, en parte, que queremos que nuestra tefilá (plegaria) suba junto con la plegaria del tzadik. Por mejor que recemos, por más que nuestra plegaria sea respondida, siempre va a recibir mayor aceptación cuando es parte de la plegaria del tzadik.

En primer lugar, esto no significa que uno le esté rezando a otro ser humano, Dios no lo permita. Los judíos Le rezamos a Dios, solamente a Dios.

Y no sólo eso. Cada plegaria es mucho más que una simple plegaria. También forma parte de la estructura de la tefilá que nosotros, los judíos, hemos venido construyendo durante miles de años. El nombre de esta estructura es “Mishkán”. Los materiales del Mishkán (Tabernáculo) primero debían ser entregados a Moshe Rabenu para poder ser utilizados, porque él fue quien lo construyó. Del mismo modo, para que la tefilá quede incluida en el “Mishkán”, tenemos que dársela al constructor, o sea, al tzadidk. El Rebe Najman no es el primero en recurrir a este concepto.

En su comentario del Sidur, Reb Yaakov Emdem escribe que es muy importante cumplir con las mitzvot be shem kol Israel (en nombre de todo Israel). Esto se debe a que los tzadikim cumplen las mitzvot mejor que nosotros y al unirnos a su accionar, nuestras mitzvot son más perfectas. En Likutey Moharán, Rebe Najman explica que el apego al tzadik es amar al tzadik, o sea, estar dispuesto a cumplir con el estándar que establece el tzadik.

Decir que uno ama al tzadik y luego darse vuelta y hacer lo que se le antoja es fantasía, por no decir hipocresía. Amar a alguien significa tomarse muy en serio su anhelo y tratar de cumplir con él. En el caso de amar al tzadik, hay otro elemento más – ser el “inferior” en la relación, o sea, aceptar el estándar de él porque quiero hacer lo que él quiere hacer, porque él sabe mejor que yo (espiritualmente hablando).

Paradójicamente, la sumisión y el apego al tzadik no nos priva de nuestra propia identidad, sino que nos libera para que podamos ser quienes somos en realidad. El tzadik está buscando ayudar a cada persona a librarse de las cadenas del pensamiento equivocado y del apego a los placeres momentáneos. El apego al tzadik es apartarte de aquello que te impide llegar a ser la persona que debes llegar a ser.

Todo lo que hace el tzadik es para honrar a Dios, y cuanto más aceptamos las enseñanzas del tzadik y las aplicamos, más nuestro pensamiento y nuestro comportamiento honran a Dios. Cuanto más integramos las enseñanzas del tzadik a la vida diaria, más invisible se vuelve, hasta que finalmente se vuelve transparente. Allí está él, curando e inspirando, enseñando y guiando, pero Dios y el honor de Dios son lo único que le importa.

 

 

 

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