¿Tienes libertad?

I Want To Be Free

En su obra magna, el Likutey Moharan, Rebe Najman toma una frase o una oración de la sabiduría de la Torá y revela explicaciones místicas y cabalísticas y lleva a cabo un análisis psicoespiritual de las palabras sagradas. Y luego nos enseña cómo aprovechar la energía de esas palabras para cambiar nuestras vidas.

 

En Tehilim 146, el Rey David dice: “Ahalelá Hashem bejaiai, azamra Elokay beodí”. Alabaré a Hashem con mi vida, y cantaré a mi Dios con lo poco que me queda de existencia. Puede que estés familiarizado con la segunda parte de ese verso, pero hay una famosa lección (Likutey Moharán 66) en la que Rebe Najman explica algunos puntos sobre la primera parte.

 

Dice que la explicación de “alabaré a Hashem con mi vida” significa, específicamente, que podré alabar a Hashem con mi vida; mi propia vida. La vida que es únicamente mía, porque no dependo de ningún otro ser humano para su aprobación o permiso.

En Tehilim 146, el Rey David dice: “Ahalelá Hashem bejaiai, azamra Elokay beodí”. Alabaré a Hashem con mi vida, y cantaré a mi Dios con lo poco que me queda de existencia.

Él explica que, cuando alguien depende de otros seres humanos, su vida no es realmente suya. No puede ser sincero sobre la persona que verdaderamente es. Le preocupa tener cierta apariencia ante la gente. No puede ser fiel a su buena inclinación, que realmente es explorar y conectarse con el Creador.

En cambio, le preocupa lo que va a obtener de los demás. Tal vez no le paguen dinero. Tal vez no le hagan cumplidos. Tal vez no lo traten con el debido respeto.

 

Sin embargo, cuando somos capaces de alabar a Hashem con nuestras vidas, cuando somos capaces de hablar con Hashem sinceramente acerca de todo, y especialmente, de lo mucho que Él está haciendo por nosotros… cuando somos capaces de percibir esto y de rezar, y de abrirnos, y de hablar de lo que tenemos en la mente y en el corazón con total sinceridad, somos verdaderamente independientes. Somos libres. Estamos verdaderamente liberados. Esto es realmente tener vida.

 

Que tengas un día en el que no estés en deuda con nadie más que con tu propia verdad.