Sin prisa, ¡pero sin pausa!

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En esta vida tenemos marcados los pasos milimétricamente para seguir una ruta sin equivocaciones y abocada a la mejora personal y el crecimiento espiritual, que eventualmente nos llevaría a la completa reparación de nuestra alma.

 

Cuando se trata del camino de la automejora hay muchas opciones a elegir, pero pocas que sean tan efectivas como ir sin prisa pero sin pausa.

 

En esta vida tenemos marcados los pasos milimétricamente para seguir una ruta sin equivocaciones y abocada a la mejora personal y el crecimiento espiritual, que eventualmente nos llevaría a la completa reparación de nuestra alma.

 

Sin embargo, las tentaciones son numerosas y la fuerza de voluntad flaquea en muchas ocasiones. Por lo tanto, hay que tener bien claro que muchas veces caeremos y volveremos a caer. Pero lo importante es volver a levantarse y con ánimos y esperanzas renovadas tener emuná shelemá (fe completa) de que HaShem pone todos los obstáculos en nuestras vidas con el ánimo de que aprendamos a superarlos y no lo contrario, para hacernos caer, no lo permita Di-s.

 

Es por eso que debemos tener siempre la vista fija en el objetivo, no movernos de nuestra decisión ni dejar que flaquee nuestra determinación. HaShem nos ha marcado un plan de ruta muy claro y efectivo, ¡solo hay que seguirlo!

 

Si una persona intenta de un día para otro cumplir todas las mitzvot sin estar familiarizada con la Torá, las probabilidades más altas serán de un fracaso absoluto. Sin embargo, si va avanzando poco a poco, entendiendo el profundo significado de cada una de ellas y dando un paso adelante cada día tendrá la fórmula del éxito en sus manos.

 

Tomemos un momento en estos días de introspección personal para agradecer al Creador del Universo todo lo que hemos logrado hasta el momento y para pedirle que nos ayude a mantener fija nuestra mirada en el objetivo de la reparación espiritual.

 

“Di-s Misericordioso, te agradezco por un nuevo día lleno de oportunidades. Gracias por todo lo que sucede en mi vida, por las alegrías y las tristezas, por la salud y también por la enfermedad. Sé que todo lo que sucede es por mi bien y para que crezca cada día más y me acerque a Ti.

 

Ayúdame a mantener mi concentración en el objetivo claro de cumplir las mitzvot de Tu Sagrada Torá y ayúdame a saber aceptar las dificultades con amor.

 

Que cada día renueve mis ánimos y mis esperanzas con energía y con felicidad, que cada momento sea valioso y significativo para lograr mi reparación espiritual.”