Después de muchos años de amarga esclavitud en Egipto, los pobres esclavos hebreos emergen victoriosos y triunfantes sobre sus amos egipcios. Mientras se abren paso por el desierto, se acercan al Monte Sinaí y al propósito de la Creación, donde los más bajos de entre los bajos se elevan para convertirse en el pueblo elegido de Dios.
Moisés les transmite la pregunta de Dios a los hebreos: “¿Aceptaréis la Torá y os convertiréis así en un tesoro entre las naciones?” Ellos responden: “Todo lo que Dios ha dicho, lo haremos”. Moisés lleva entonces la respuesta del pueblo a Dios. Dios le informa a Moisés que se le aparecerá y el pueblo escuchará lo que Él diga. Pero entonces leemos uno de los versos más misteriosos de la Torá: “Moisés relató la respuesta del pueblo a Dios”. Pero ¿dónde estaba la pregunta y cuál fue la respuesta? La Torá no nos lo revela (véase Éxodo 19).
En Likutey Moharan I, 190, Rebe Najman explica lo que ocurría entre bastidores. Cuando los israelitas respondieron: “Todo lo que Dios ha dicho, lo haremos”, en realidad, estaban objetando la pregunta de Dios. Si Dios nos dice directamente lo que tenemos que hacer, entonces ¿cómo podemos mantener nuestro libre albedrío? “Tendremos” que “hacerlo”. Moisés plantea esta cuestión ante Dios.
Dios responde que se le aparecerá a Moisés específicamente y le dirigirá los mandamientos sólo a él; y que el pueblo judío los escuchará sólo como espectador, conservando así su libertad de elección.
Pero entonces Moisés pregunta: “¿Y qué hay de mí y de mi libertad de elección?”. Este es el significado de la segunda instancia de “Moisés relató la respuesta del pueblo a Dios”, donde la pregunta y la respuesta no fueron registradas por la Torá. Rebe Najman revela que Moisés estaba repitiendo la objeción del pueblo judío, pero esta vez sobre él mismo.
Dios le responde: “Ve al pueblo judío y santifícalo hoy y mañana” (y entonces se dará la Torá). Dios no especificó explícitamente que eran necesarios tres días de preparación para recibir la Torá; Moisés tuvo que entenderlo por su cuenta y ordenarle al pueblo judío que añadiera el día extra (véase el cálculo de Moisés en Shabat 87a). Sorprendentemente, esto significa que incluso la entrega de la Torá dependía del libre albedrío de Moisés.
¿Dónde nos deja parados todo esto? ¿Acaso somos tzadikim que estamos en un nivel en el que tenemos tanto la capacidad como la necesidad de captar la voluntad oculta de Dios? Reb Noson dice: “Sí”. Aunque la Torá ya ha sido entregada y ya conocemos las mitzvot, aun así necesitamos buenos consejos e ideas para cumplir los mandamientos de la mejor manera posible. También necesitamos encontrar nuestros caminos individuales dentro del judaísmo, y necesitamos apegarnos al maestro/Tzadik apropiado. Todo esto debemos hacerlo por nuestra cuenta.
Reb Noson añade que, si nos concentramos en nuestro propósito eterno, descubriremos las pistas en el camino que nos llevan a nuestra propia “entrega de la Torá” personal. Amén.
Basado en Likutey Halajot Birkhot HaShajar 5