En años anteriores, siempre me he acercado al mes de Elul determinando qué nuevas prácticas iba a adoptar. Independientemente de si era realmente más de lo que podía manejar en ese momento o no, me sentía de alguna manera obligado a adoptar estas nuevas prácticas. Después de todo, ¿no es esto lo que uno hace en Elul cuando todo el mundo está tratando de acumular más méritos antes del gran día del juicio que es Rosh Hashana, cuando se decidirá su destino para el próximo año?
Independientemente de si era realmente más de lo que podía manejar en ese momento o no, me sentía de alguna manera obligado a adoptar estas nuevas prácticas.
Reflexionando sobre los meses de Elul pasados, me pregunté si este enfoque funcionaba o si simplemente me dejaba exhausto antes de que empezara Tishrei. ¿Estaba haciendo lo mismo una y otra vez y esperando resultados diferentes?
Parecería ser que sí.
En este Elul no he seguido este enfoque de aceleración. Más bien, he dedicado mi hora de hisbodedut cada mañana a pedirle a Hashem que me ayude a identificar y rectificar patrones de pensamiento poco sanos; patrones de pensamiento que, en última instancia, actúan de barrera entre Hashem y yo.
Gran parte de Elul ha quedado atrás y sólo he empezado a arañar la superficie para eliminar estos residuos mentales insanos. Es un proceso extremadamente lento y estoy seguro de que todavía hay mucho trabajo por hacer.
Sin embargo, confío en que es el viaje que me llevará a mi verdadero yo.