Pregunta: Si el hecho de que Hashem controla toda la realidad y que todo es para bien es algo de lo que sólo nos daremos cuenta en el futuro, ¿por qué tenemos que reconocerlo ya ahora?
Respuesta:
Rav Saadia Gaon enseñó que toda la Torá está contenida en el primero de los Diez Mandamientos, “Yo soy Hashem tu Dios”.
El Rebe explica que este verso nos está enseñando que lo principal que tenemos que saber es que “Yo soy” tanto la bondad a la que alude “Hashem” como la dureza percibida a la que alude “tu Dios”. “Yo” soy ambas cosas, y debemos alabarlo siempre, tanto en los momentos de liberación como en los de dolor y debilidad.
El Rebe explica que este verso nos está enseñando que lo principal que tenemos que saber es que “Yo soy” tanto la bondad a la que alude “Hashem” como la dureza percibida a la que alude “tu Dios”. “Yo” soy ambas cosas, y debemos alabarlo siempre, tanto en los momentos de liberación como en los de dolor y debilidad.
Si toda la Torá está contenida en este versículo, entonces lo que debemos buscar en nuestro judaísmo y en nuestras intenciones al cumplir las mitzvot es para llegar a reconocer la grandeza de la compasión de Hashem, hasta que no haya diferencia para nosotros entre “bondad” y “dureza”.
Además, tenemos que saber que incluso ser un simple judío es casi imposible si no tratamos de elevarnos para sentir el deleite del Mundo Venidero, para trabajar en este punto clave de lograr una fe pura y clara en la bondad de Hashem, y alabarlo tanto por lo bueno como por lo aparentemente malo. Si la persona mira dentro de sí misma, se dará cuenta de que uno de sus mayores obstáculos en la plegaria y en su servicio Divino es que siempre hay un pequeño bicho que le mete en la cabeza; pensamientos sobre confusiones y preocupaciones que le hacen sentir mal, o fracasos y caídas espirituales, que lo confunden y le impiden allegarse al servicio Divino con vitalidad y alegría.
Debemos tener en cuenta que esto es lo que ocurre con cada plegaria y con cada cosa sagrada. Tenemos la mente muy confundida y perturbada, y a veces sentimos angustia por temas materiales o problemas en asuntos espirituales. Por lo tanto, debemos entrar en esta búsqueda, para llegar a reconocer que no hay diferencia entre la bondad y la dureza. En realidad, todo es únicamente para bien, para que nos acerquemos más a Él. Toda experiencia, ya sea espiritual o material, es literalmente siempre para bien. Sólo de esta manera uno puede mantenerse en su servicio Divino, y conectarse verdaderamente con Hashem en la plegaria.
