¿Quién soy en realidad?

Tenemos que recordarnos el uno al otro para qué estamos en este mundo, para qué vivimos.

Cada vez que sientes que el mundo está patas para arriba; cuando todo el mundo grita pero nadie escucha, recuerda la historia que contó el Rebe Najman llamada “El cereal manchado”.

Había una vez un rey que le dijo a su primer ministro, que además era su mejor amigo: “Veo en las estrellas que todo el que coma el cereal que crece este año se volverá loco. ¿Qué podemos hacer?”.

Cada uno de nosotros tiene que buscar señales en el otro que lo ayuden a reconocer quién es el otro en realidad y quién es él mismo en realidad

El primer ministro respondió: “Debemos reservar una cantidad suficiente del cereal en buen estado para que no nos veamos forzados a comer de la mala cosecha de este año”.

Sin embargo, el rey no estuvo de acuerdo con el plan de su amigo. Dijo: “Si hacemos eso, entonces vamos a ser los únicos que van a estar sanos. Todos los demás se van a volver locos. ¡Y entonces ellos van a pensar que los locos somos nosotros!”.

“No podemos reservar suficiente cantidad del buen cereal para todos. Se me acaba de ocurrir una idea: vamos a hacernos una marca en la frente para que por lo menos nosotros sepamos que estamos locos. Yo te voy a mirar la frente a ti y tú, a mí, y cuando veamos la marca, sabremos que estamos los dos locos”.

¿Qué lección aprendemos de esto? Cada uno de nosotros tiene que buscar señales en el otro que lo ayuden a reconocer quién es el otro en realidad y quién es él mismo en realidad, debajo de toda la locura que existe en el mundo.

Tenemos que recordarnos el uno al otro para qué estamos en este mundo, para qué vivimos. Tenemos que recordarnos el uno al otro, con susurros y con gritos, cuál es nuestra sagrada misión.

Tenemos que recordarnos a nosotros mismos quiénes somos realmente.

Que tengas un día en el que recuerdes la verdad acerca de quién eres en realidad.