¿Acaso Hamán no sabía que los judíos tienen un Padre en el Cielo que jamás dejará que sean aniquilados?
El Midrash cuenta: Malditos son los malvados. Ellos ocupan su tiempo con ideas acerca de cómo aniquilar a los judíos, y cada uno ansía el honor de tener la mejor idea. Esav se burló de Caín por haber matado a Abel en vida de Adán. Si Caín quería el mundo entero para sí mismo, debería haberse dado cuenta de que Adán aún seguía con vida y podía tener más hijos. Pero Esav no iba a cometer ese mismo error. Él iba a esperar hasta después de la muerte de Itzjak y entonces asesinaría a Iaakov. Luego fue el turno del Faraón de reírse de Esav. ¿Acaso Esav no sabía que Iaakov podía tener hijos antes de que se muriera Itzjak? Él no iba a ganar nada con matar a Iaakov si este tenía hijos que lo iban a sobrevivir. El Faraón se creía más astuto que Esav. Él iba a matar a cada varón judío que naciera. Varios siglos más tarde, le llegó el turno al Faraón de ser objeto de ridículo, por parte de Hamán. ¿Acaso el Faraón no entendía que incluso si quedaba un solo judío con vida, este podía engendrar a toda una nueva nación? Por eso, el plan de Hamán era de aniquilar a absolutamente todos los judíos.
El Midrash concluye diciendo que en el futuro, Gog y Magog se burlarán de Hamán. ¿Acaso Hamán no sabía que los judíos tienen un Padre en el Cielo que jamás dejará que sean aniquilados mientras ellos cumplan con Su voluntad? Entonces, primero ellos van a luchar contra Dios, haciendo que los judíos no cumplan la Torá y las mitzvot. Y eso será lo que les posibilitará destruir a los judíos. Pero la respuesta de Dios es clara: “Yo tengo muchos mensajeros a quienes puedo enviar a luchar. Pero la guerra contra Gog y Magog, la libraré Yo Mismo. Su aniquilación será total” (Ester Rabá 7:23).
Hoy en día, si bien Amalek, sin lugar a dudas, existe, no podemos afirmar con total certeza quiénes son ni dónde están. Sin embargo, hay una notable excepción. Cuando el Kaiser Wilhelm de Alemania llegó a visita a Jerusalem durante su viaje a la Tierra Santa, casi todos los líderes religiosos de Jerusalem fueron a darle la bienvenida a los portales de la ciudad. Rabí Yosef Jaim Sonnenfeld (fallecido en 1932), el líder espiritual de los judíos ashkenazíes en Isreal por aquellos días, no fue. Cuando le preguntaron por qué, él respondió que si bien el Kaiser propiamente dicho sí se merecía el honor que se le rendía, “yo tengo la tradición de que Alemania es Amalek”.
El Amalek que es omnipresente hoy son las preguntas y las dudas que tenemos con respecto a nuestra fe.
El Amalek dentro de nosotros mismos
Nuestros Sabios enseñan que Dios les dice a los judíos: “Si ustedes no recuerdan a Amalek, serán enviados de nuevo a la esclavitud en Egipto” (Pesikta Rabati 12). Esto se manifiesta con frecuencia a nivel personal. El modus operandi que Amalek ha exhibido con frecuencia al atacar a los judíos puede describirse con una sola palabra: taimado. Él hace que la comunidad internacional se enrede en un conflicto político o militar como, por ejemplo, la invasión iraquí a Kuwait, o hace que los judíos se dediquen a alguna causa noble, como los “derechos civiles”, y todo con un solo propósito: aniquilar a los judíos. Amalek tiene el mismo valor numérico que “safek” (duda): 240 (Bnei Isasjar, Purim). El Amalek que es omnipresente hoy son las preguntas y las dudas que tenemos con respecto a nuestra fe. Esto incluye las incertidumbres, la confusión y las dificultades que enfrentamos cuando nos falta una guía y un buen consejo. Pero cuando nos fortalecemos en nuestra fe en Dios, logramos sobreponernos al Amalek que llevamos dentro.
El Reb Noson escribe que Amalek corresponde a la lujuria, el enfrentamiento entre marido y mujer y entre una persona y su comunidad, y el odio que está dirigido hacia los verdaderos tzadikim (Likutey Halajot Minjá 7:20).
Otro aspecto adicional de Amalek que prevalece hoy en día son los falsos líderes. La Torá dice: “Amalek atacó a los rezagados de ustedes” (Deuteronomio 25:18). Nuestros Sabios enseñan: “Amalek separa las colas y las arroja bien alto” (Tanjuma Ki Tetze 10). Escribe el Reb Noson: “Amalek encontró una manera inteligente de aniquilar a la nación judía. “Él toma las colas” – personas de bajo rango – y los “arroja bien alto” – convirtiéndolos en los líderes del pueblo judío (Likutey Halajot, Shabat, 5:9). Por lo tanto, el pueblo judío ha sido engañado, pues se lo llevó a pensar que sus líderes son personas de alto rango cuando en realidad muchos de ellos son personas comunes y corrientes que carecen de la capacidad de liderazgo. Una nación sin líderes dignos es fácil de engañar, y así es como muchos judíos mal guiados acaban viviendo una vida carente de todo sentido judío.
Otro de los rostros de Amalek que nos acosa en la actualidad es el olvido (ibíd, Avedá UMetziá 1:3). Olvidamos la bondad de Dios, las innumerables veces que Él nos ayudó de tantas maneras diversas. Esto nos lleva, a su vez, a olvidar a Dios, la Torá y las mitzvot, e incluso al Mashíaj, quien traerá la Redención Final. Tal vez, dado que Amalek representa el olvido, se nos ordena que recordemos lo que él nos hizo. Y si bien no sabemos quiénes son hoy los amalekitas, la mitzvá de recordar el mal y la crueldad que ellos simbolizan, sigue en pie. Esta mitzvá se cumple cuando recitamos el pasaje de Deuteronomio 25, versículos 17-19. Esto se lleva a cabo de manera comunitaria el Shabat previo a Purim. Hay quienes tienen la costumbre de recitar estos versículos a diario (véase Shaar HaKavanot Inián Iotzer or, p. 119).
Al final, Amalek será destruido. Será atacado por ladrones que lo dejarán sin un centavo (Tana Devei Eliahu Raba 24). Y entonces el Propio Dios luchará contra él, exponiendo el ladrón que es antes de borrarlo de la faz de la tierra (Tana Devei Eliahu Zuta 19). Que esto ocurra muy pronto, en nuestros días. Amén.