Prepararse para el más allá

Prepararnos para la muerte es solamente beneficioso, porque sí seguiremos con vida en otro lugar.

“No había agua para el pueblo… El pueblo se enfrentó a Moshé. “Si tan sólo hubiéramos muerto cuando murieron nuestros hermanos, ante Dios! ¿Por qué trajiste a la congregación de Dios a este desierto? Para que… ¿muriéramos?” (Números 20:2-4).

La muerte es un tema recurrente en esta sección de la Torá: las cenizas de la Vaca Roja. La muerte de Miriam. El deseo de morir que expresó el pueblo al no tener agua para beber. La sentencia en contra de Moshé y Aarón. La muerte de Aarón. Las confrontaciones con Edom, Canaán y Sijón y Og. Las serpientes.

No nos equivoquemos. Va a llegar un día en el que tú y yo vamos a estar muertos. Eh… discúlpame, “en el otro mundo”. Ya no vamos a estar viviendo en el Planeta Tierra. Este hecho es bastante desagradable y nos cuesta enfrentarlo, pero el hecho de ignorarlo no va a hacer que desaparezca. Prepararnos para la muerte es solamente beneficioso, porque sí seguiremos con vida en otro lugar. Y la calidad de vida que tengamos “allí” dependerá de lo que hagamos aquí.

Rebe Najman fue, en cierto sentido, un “viajero en el espacio y en el tiempo” que visitó dimensiones de la realidad de las cuales hemos hablado pero con las que no estamos familiarizados. Y una vez señaló lo siguiente:

No nos equivoquemos. Va a llegar un día en el que tú y yo vamos a estar muertos. Eh… discúlpame, “en el otro mundo”. Ya no vamos a estar viviendo en el Planeta Tierra. Este hecho es bastante desagradable y nos cuesta enfrentarlo, pero el hecho de ignorarlo no va a hacer que desaparezca.

En Jerusalem hay una sinagoga a la que llegan todas las personas ya fallecidas del mundo. Apenas alguien muere, se lo lleva allí para ser juzgado con respecto al lugar al que debe ir… En esta sinagoga, la corte se encarga del juicio y establece el lugar al que irá a parar cada persona. Algunas pobres personas se quedan sin ningún lugar y son destruidas y arrojadas a Kaf HaKela – la catapulta de las almas.

Cuando los muertos son llevados allí, van con vestimentas. A veces ocurre que las vestimentas de algún difunto son defectuosas. Les falta una manga o una costura. Todo depende de la forma en que se hayan comportado mientras estaban con vida, porque las vestimentas post-mortem se corresponden con sus actos en este mundo. Su veredicto, y el lugar a la que será dirigida esa alma, dependerán de las vestimentas que tenga al ser juzgada.