“Por más lejos que te hayas descarriado, retornar a Dios siempre es posible”
Enseñó el Rebe Najman de Breslov…
“Por más lejos que te hayas descarriado, retornar a Dios siempre es posible. Por lo tanto, estarás de acuerdo conmigo en que no existe la desesperación” (La silla vacía – p. 111)
¿Qué significa esto para mí?
“¡Nunca hay que desesperarse!” fue el lema del Rebe Najman que nos sigue guiando incluso en esta generación en la que vivimos. Previendo una época en la que el mundo habría de sufrir de la dolencia espiritual y lo que parecen ser dificultades insuperables para cumplir de nuestro potencial y nuestro destino, él ofreció “el remedio antes que la enfermedad”. La desesperación es una falla humana, y supone que dado que la solución depende únicamente de mí, cuando estoy atascado en un pozo profundo, seguramente no hay esperanza. Pero el Rebe Najman enseñó precisamente lo contrario: que la solución y su implementación dependen de Dios y que incluso si estoy en un pozo, Dios no tiene ninguna limitación. Con Él, todo es posible.
Una plegaria:
Dios mío, Tú me diste
Los medios físicos, emocionales y espirituales
Para superar todos los obstáculos
Que se levantan ante mí
Cuántas veces he enfrentado
Cosas que creí insuperables
Situaciones imposibles, desesperantes,
Y las superé, y les encontré soluciones creativas
A través de las cuales logré controlarlas y dominarlas.
Tú me fortaleciste una y otra vez. Yo sé que tú jamás me fallarás.
(El arma suave, p. 91)
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