Al pueblo judío se le llama am segulá – una “nación atesorada”-pero el término segulá significa realmente tener alguna cualidad que es inherente y no claramente cuantificable.
Este nombre le fue dado al pueblo judío en la entrega de la Torá, ya que es realmente en virtud de la Torá misma que somos bendecidos con esta cualidad de segulá: compartiendo una relación única con el Creador sólo en virtud de ser parte del pueblo. Este vínculo es inherente y siempre puede ser aprovechado sin importar lo dormidos y eclipsados que podamos estar temporalmente.
Esta es realmente la raíz de la bendición que hacemos sobre la Torá: nuestra expresión de gratitud por que Dios nos haya “elegido de entre las naciones… y nos haya dado Su Torá”. Nuestra segulá está ligada a la segulá de la Torá misma.
Una plegaria
Querido Creador,
Te estoy muy agradecido
por haberme hecho parte del pueblo judío.
Cada día, me lleno de alegría al bendecirte
por haberme proporcionado mi chispa judía
y por haberme regalado Tu Torá.
No entiendo cómo he merecido ninguna de estas bendiciones…
pero eso no me impide agradecerte por ellas.
(Likutey Halachot, Hilchot Birchot HaShachar 5:7-8)