La mente se hace rogar al intentar imaginar la belleza del mundo que Adán tuvo el privilegio de ver después de que Dios le insuflara vida. Incluso hoy en día hay muchos lugares de belleza natural en el mundo. Cuando uno tiene la suerte de estar en un lugar así, la energía y la emoción que se desencadenan son muy poderosas.
Pero, ¿alguien recuerda para qué se creó el mundo?
Fue creado para que tú y yo tengamos una relación personal con el Creador Misericordioso. Este punto crítico se olvida a menudo a pesar de los continuos recordatorios que se nos dan. Un tipo de recordatorio es el “natural”. Hay muchos otros. El mundo entero está lleno de ellos.
Lo que la Shejiná (Presencia Divina) lleva por la mañana, no lo lleva por la noche. Lo que Ella lleva hoy, no lo volverá a llevar (Tikkuney Zohar #22). Lo que la Shejiná “se pone” depende de nosotros. Dependiendo de lo que hagamos -colectiva e individualmente-, Hashem elige un medio, un objeto o un evento apropiado para acercarnos.
Algunas personas tienen muchos hijos; otras no pueden concebir. Algunos tienen crédito ilimitado; otros tienen acreedores que los acosan día y noche. Algunos tienen felicidad doméstica; otros viven en un campo de concentración llamado “Hogar”. Cada persona tiene un conjunto único de circunstancias que exige un conjunto único de recordatorios. Cada familia, comunidad, ciudad y país tiene un conjunto único de circunstancias comunes que exige un conjunto único de recordatorios.
Cada día tiene sus pistas, alusiones, señales y recordatorios para acercarse a Él. Todos los acontecimientos -la guerra, el tiempo, los deportes, la moda, las finanzas-, todos estos cambios caleidoscópicos tienen como objetivo recordar a cada individuo el propósito de la vida. Sin embargo, si no tenemos cuidado, los acontecimientos adquieren vida propia y se convierten en “noticias”, entregadas y analizadas por los medios de comunicación. El verdadero autor de los acontecimientos y los mensajes que trata de transmitir se olvidan.
Antes de leer el Shemá de la mañana, recitamos la bendición Yotzer Or. Esta bendición alaba a Dios por hacer todo tipo de cambios fantásticos en una Creación que ya de por sí es fantástica: Él crea la luz y la oscuridad, hace la paz y crea el mal, hace las noticias y determina el resultado de la guerra. Dios lo crea TODO. ¿Saben por qué recitamos esta bendición antes de proclamar nuestra lealtad a Dios? Para reforzar nuestro reconocimiento de Su Unicidad.
Aunque no podamos descifrar todas las pistas, el solo hecho de creer que Hashem le da las pistas adecuadas a cada persona ya es beneficioso, pues aumenta y renueva la capacidad de reconocer y descifrar las pistas. Asimismo, aumenta nuestro anhelo por Hashem y por hacer lo que Él quiere que hagamos.
Quien eres ahora no es quien eras ayer. O bien te elevaste, o bien descendiste, Dios no lo quiera. Necesitas nuevas pistas. Dios cambia el mundo por ti, para acercarte a Él. Recuérdalo.
Basado en Likutey Moharan I, 54; Likutey Halajot, Sojer 3:8