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Los primeros dos rublos

Autor: Chaim Kramer
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Para el primer Rosh HaShaná después del fallecimiento del Rebe Najman, unos sesenta jasidim viajaron a Uman, donde fueron recibidos en la sinagoga Shomrim LaBoker. Los Bresloveros rezaron allí durante diez años hasta 1821, cuando ya no había espacio suficiente.

Luego rezaron en la casa de un tal Rabi Mordejai, y aunque este falleció, su familia los invitó a seguir celebrando allí sus servicios de Rosh HaShaná. Pero la casa de Rabi Mordejai también le quedó pequeña al grupo, que se trasladó de un lugar a otro a medida que su reunión de Rosh Hashaná se ampliaba continuamente.

Para el primer Rosh HaShaná después del fallecimiento del Rebe Najman, unos sesenta jasidim viajaron a Uman, donde fueron recibidos en la sinagoga Shomrim LaBoker. Los Bresloveros rezaron allí durante diez años hasta 1821, cuando ya no había espacio suficiente.

 

Finalmente, el Reb Noson se dio cuenta de que no tenían otra opción más que construir su propio kloyz (sinagoga). Llegó a Ladizin para conseguir el apoyo de los Bresloveros de allí. Un tal Reb Mendel le dijo: “Reb Noson, si no construyes nuestro propio shul (sinagoga), no habrás logrado nada”. Reb Noson sabía que eso era cierto, y enseguida le dijo a Rabi Mendel: “Si es así, sé tú el que empiece la mitzvá: dame una contribución para la construcción”.

Rabi Mendel se ganaba la vida con el trabajo de sus propias manos. Enseguida Rabi Mendel fue corriendo a su casa, tomó dos rublos – que eran todos sus ahorros – y se los llevó a Reb Noson.

Sabiendo lo pobre que era Reb Mendel, Reb Noson se negó a aceptar el dinero. Pero entonces Rabi Mendel se puso a llorar y le suplicó a Reb Noson que se apiadara de él y no lo privara del gran mérito de ser el primero en contribuir a una causa tan digna. Reb Noson ya no pudo negarse.

La abnegación de Rabi Mendel por la mitzvá era la base más firme posible que podía haber para el kloyz, y Reb Noson estaba ahora seguro de que el edificio se construiría. Cuando más tarde visitó a los ricos Bresloveros de la ciudad Tcherin, les habló de la contribución de Reb Mendel. “Este pobre hombre me dio todo lo que pudo. Hagan ustedes lo mismo”.

Reb Noson dijo más tarde: “¡Con esos dos rublos construí el kloyz!”. Y una vez comentó: “Deberíamos preguntarnos si fue el dinero de los ricos el que construyó la shul o el anhelo del pobre por ver el trabajo hecho. Sería justo decir que fue el anhelo del pobre el que construyó el shul”.

De “Through Fire and Water: La vida de Reb Noson de Breslov”

 

 

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