El Rebe Najman siempre les enseñaba a sus alumnos que su principal objetivo en la plegaria debía ser el significado directo de las palabras. Incluso a los que estudiaban Cabalá se les desaconsejaba desviarse del significado simple de las plegarias durante el acto mismo del rezo.
Cierta vez, cuando un estudiante avanzado le preguntó qué meditación particular debía tener en mente al pronunciar un Nombre Divino específico, el Rebe Najman se preguntó en voz alta, “Acaso ‘Dios’ no es suficiente para ti?
El Rebe Najman siempre les enseñaba a sus alumnos que su principal objetivo en la plegaria debía ser el significado directo de las palabras
Este era el enfoque del Rebe Najman con respecto a la plegaria, y también con respecto a las mitzvot en general. Actuar con franqueza y sencillez, rezar y cumplir las mitzvot puramente como un medio para cumplir la voluntad de Dios.
Cuando el Rebe Najman era aún un niño pequeño y encontraba una moneda, enseguida se apresuraba a cambiarla por monedas más pequeñas, de centavos. Luego entraba a la sinagoga -a veces incluso por la ventana- para que nadie lo viera. En silencio y con sigilo, sacaba un libro de rezos de Shaarey Tzion, que incluía todo tipo de oraciones y súplicas adicionales para diferentes momentos y acontecimientos, y recitaba muy dulcemente la plegaria de LeShem Ijud que algunos dicen antes de cumplir una mitzvá. Asegurándose de que nadie lo estuviera mirando, se acercaba a la caja de caridad y depositaba un centavo.
En cuanto dejaba la moneda en la caja, volvía inmediatamente a su libro de oraciones de Shaarey Tzion, recitaba el LeShem Ijud y se dirigía a dar otro céntimo más para caridad. Así repetía la misma acción una y otra vez, siempre con el mismo entusiasmo, hasta que todas las monedas habían llegado a la caja de caridad.
El Rebe Najman conocía el valor de cada mitzvá, por eso creía en invertir en los actos simples, y hacer tantos de ellos como fuera posible.
Del mismo modo, el Rebe Najman animaba a sus alumnos a cantar todas las canciones de Shabat en las comidas “como lo hacen los judíos sencillos”, sin sentir que fuera una pérdida de tiempo que podría emplearse mejor de otra manera. “¡Cantar todas las canciones del Shabat salva a los hijos de seguir el camino que los aleja del Yiddishkeit! Cantamos por la simple alegría de ser judíos”.
Basado en Or HaOrot I, pp. 115-117