El tzadik tiene un alma tan amplia que es capaz de trabajar con todo el espectro de seres humanos, desde el más grande hasta el más pequeño. Y los que están cerca de él también desarrollan las habilidades y herramientas y la amplitud de espíritu que los ayudan a ayudarse mutuamente.
Así que, aunque el tzadik puede llegar a personas a las que yo no puedo llegar, aun así tengo mucho que compartir con mis amigos. Y ellos también tienen palabras de sabiduría y aliento para compartir conmigo. Juntos, podemos despertarnos unos a otros de nuestro sueño espiritual y apoyarnos mutuamente para crecer en nuestra relación con Dios. Unidos, nos mantenemos en pie.
Una plegaria
Querido Dios, por favor ayúdame a recordar
que ya he recibido enseñanzas vivificantes del tzadik.
Que siempre las comparta libremente con mis amigos,
y que mi corazón esté siempre abierto a su buena influencia también.
Porque lo que yo puedo dar, nadie más puede hacerlo. Y lo que cada uno tiene para compartir es su propio y único don.
(Basado en Likutey Moharan I:13)