La última voluntad y el testamento del Reb Noson

Y habló como si estuviera dándoles su última voluntad y su testamento: “Deberán mantenerse unidos…”

Una vez el Rebe Najman le dijo al Reb Noson: “De no ser por Noson, ni un rastro de siquiera una página de mis enseñanzas se habría conservado”. El día en el que falleció el Reb Noson, el Diez de Tevet, alude a la enormidad de la tarea que llevó a cabo. Porque el ayuno del Diez de Tevet conmemora no sólo el comienzo del sitio a Jerusalem sino también el fallecimiento de Ezra el Escriba.

Era un viernes y el Reb Noson estaba muy enfermo. De pronto les pidió a aquellos que estaban junto a él que le leyeran dos de los famosos cuentos del Rebe Najman: “La princesa perdida” y “El rey y el emperador”. En “La princesa perdida”, la hija del rey desaparece y el virrey la busca muchísimo tiempo hasta que finalmente la encuentra. Y entonces debe liberarla de un “castillo de perlas sobre una montaña dorada”.

Era un viernes y el Reb Noson estaba muy enfermo. De pronto les pidió a aquellos que estaban junto a él que le leyeran dos de los famosos cuentos del Rebe Najman

En “El rey y el emperador”, el hijo del rey está comprometido con la hija del emperador, pero a ella la secuestran antes de que pueda llevarse a cabo la boda. La historia describe su escape y cómo ella se las ingenia para convertirse en la soberana del reino y hacer que vuelva su amado novio. Después de recompensar a aquellos que sufrieron por causa de ella, la hija del emperador se dirige a su novio y le dice: “¡Ven! ¡Vayamos a casa!”. El Reb Noson les pidió a los presentes que repitieran esas últimas palabras varias veces y luego añadió: “Llegó la hora de que yo vuelva a casa”.

Y habló como si estuviera dándoles su última voluntad y su testamento: “Deberán mantenerse unidos y amarse los unos a los otros. Todos ustedes son buenas personas, pero son shleimazelniks – ¡gente sin suerte!”. De repente, el Reb Noson dijo: “Tres tragedias le acontecieron al pueblo judío en el mes de Tevet. ¿Cuáles fueron? Falleció Ezra el Escriba, la Torá fue traducida al griego en la época del Rey Ptolomeo, y Jerusalem fue sitiada. “Cuando Ezra el Escriba se va de este mundo, y reinan el ateísmo y la herejía, tal como ocurre hoy en día, en que las falsas ideologías surgen de a miles y de a millares, de todos modos yo confío en que incluso una sola página de los escritos del Rebe Najman serán suficientes para rectificar todo. Y por eso quiero darles instrucciones. Ustedes serán los responsables de publicar los libros del Rebe y “sus manantiales fluirán hacia afuera” (Proverbios 5:16). ¡Sean fuertes – con dinero, fuerza de voluntad y esfuerzo!”.

 

Adaptado de “A través del fuego y del agua, la vida del Reb Noson”