La mayoría de la gente está equivocada. Piensan que su Nefesh, su alma, no es santa y les resulta muy difícil ser un tzadik o una buena persona.
Hablar de los tzadikim es algo que a mucha gente le produce el deseo de hacer teshuva y retornar a Hashem, de mejorar los rasgos de carácter y mejorar como personas.
Sin embargo, es común oír decirle a la gente: “Sí, pero ¿cómo podemos compararnos a un tzadik? Todo el mundo sabe que, incluso cuando el tzadik era muy joven, ya había alcanzado muchos logros. Obviamente, una persona así debe tener un alma más elevada que el resto de nosotros y debe ser más inteligente que la persona promedio”. La gente tiende a pensar que los tzadikim nacen tzadikim. Pero eso no es cierto.
Sin embargo, es común oír decirle a la gente: “Sí, pero ¿cómo podemos compararnos a un tzadik? Todo el mundo sabe que, incluso cuando el tzadik era muy joven, ya había alcanzado muchos logros. Obviamente, una persona así debe tener un alma más elevada que el resto de nosotros y debe ser más inteligente que la persona promedio”.
¿Cómo hace una persona para convertirse en un tzadik? La respuesta es: con mucho trabajo, poniendo un tremendo esfuerzo durante muchos años en su servicio de Hashem.
Cada uno de nosotros puede ser como ellos.
Los jasidim de Breslov saben que las historias de los tzadikim no son meras anécdotas biográficas. Todos podemos emularlos. Todos debemos saber y creer que el alma de cada judío es muy especial, y que todos podemos merecer niveles espirituales muy elevados y santos, al igual que los tzadikim.
Especialmente en esta época, y al final del Galut, el exilio, cuando la Mala están convencidas de que no están hechas para servir a Hashem. Pero esto es lo que nos quiere hacer creer la Inclinación al Mal.
El Reb Noson de Breslov comentó una vez que cada Tzadik sólo alcanzó el nivel que hizo basado en la confianza que tenían. El mismo Rebe Najman comentó una vez que si hubiera tenido una sola persona que lo alentara en su juventud, habría podido ascender espiritualmente mucho más rápido.
Los propios tzadikim también tenían este tipo de ideas que les molestaban. Cuando ellos empezaron su servicio Divino, tampoco estaban seguros de poder tener éxito. Pero no se dejaron engañar, y se animaron hasta llegar a donde llegaron.
Basado en Meshivat Nefesh
