Página principal Breslov La hija sabia

La hija sabia

Autor: Yehudis Golshevsky
image_print

Tratándose de los discípulos de mi padre, ¡pueden estar seguras de que van a escuchar la bendición sin problemas!”.

La hija mayor del Rebe Najman se llamaba Adel, como su bisabuela, la santa hija del Baal Shem Tov, quien inventó ese nombre ─formado por la sigla alef-dalet-lamed- a partir de las iniciales del versículo “De Su diestra provino una ley de fuego para ellos” (Deuteronomio 33:2). La primera, Adel, era algo así como “la mano derecha” del tzadik, mucho más parecida a una discípula que a una hija.

La relación que tenía el Rebe Najman con su hija Adel también era muy especial. El Rebe solía hacerle confidencias a su hija mayor, compartiendo con ella enseñanzas e ideas que a veces no compartía ni siquiera con sus discípulos más allegados.

Una vez, el Rebe Najman le dijo a Adel: “Había una vez un Tzadik muy famoso que pasó mucho tiempo rezando delante de un gato”. Ella, obviamente, hizo un gesto de sorpresa y él prosiguió:

El servicio Divino debe enfocarse solamente en Dios, no en la opinión de los demás…

“Cuando este famoso Tzadik rezaba en su habitación privada, sentía que alguien presionaba la puerta desde afuera. Entonces pensó para sí: ‘Seguramente son mis jasidim que quieren ver cómo rezo”. Y entonces se ponía a rezar con más fervor y devoción. Lo que él no sabía era que no eran sus discípulos los que estaban detrás de la puerta, sino el gato, que afilaba sus uñas del otro lado de la puerta. Qué patético…”.

El Rebe Najman concluyó su relato: “Tanto esfuerzo… ¡para un pobre gato!”. Adel, que era muy inteligente, enseguida se dio cuenta de la intención del Rebe: que el servicio Divino debe enfocarse solamente en Dios, no en la opinión de los demás.

Adel conocía de cerca el comportamiento de los discípulos de su padre y a menudo se le pedía su opinión sobre lo que se debía hacer cuando los demás no se ponían de acuerdo. En cierta ocasión, los jasidim se encontraban reunidos compartiendo ideas inspiradoras y conceptos de Torá, mientras que, en la habitación contigua, las mujeres no estaban seguras de si los hombres ya habían empezado a recitar la Bendición para Después de las Comidas.

Entonces Adel sonrió y les dijo: “Tratándose de los discípulos de mi padre, ¡pueden estar seguras de que van a escuchar la bendición sin problemas!”. Unos momentos después, las mujeres oyeron a los hombres comenzar la Bendición para Después de las Comidas en voz bien alta y con ferviente devoción… exactamente tal como les había dicho Adel .

 

Basado en Or HaOrot I, p. 183-185.

Artículos relacionados