Rebe Noson (de bendita memoria) comentó una vez que, antes de convertirse en jasid (discípulo) de Rebe Najman, estaba lejos de ser diligente en su estudio de la Torá.
“Yo quería estuiar mucho. Pero lo que sucedía era que todos los días llegaba al beit hamidrash (sala de estudio) y me enfrentaba a algún obstáculo. Así que, en lugar de empezar con fuerza, sólo podía estudiar brevemente. Antes de darme cuenta, había otro impedimento más. Y luego otro más. Así que me rendía ese día y me decía: ‘Mañana empiezo’.
“Yo quería estuiar mucho. Pero lo que sucedía era que todos los días llegaba al beit hamidrash (sala de estudio) y me enfrentaba a algún obstáculo”
“Pero siempre había algo. Al final, me di por vencido y me convertí en un batlan total (batlan es alguien que no hace nada). ¿Qué pasó? Cuando conocí al Rebe y le conté esto, él me dijo: ‘Abisseleh iz oij gut – un poco también es bueno’. Y la próxima vez que fuera al beit hamidrash y viera que no iba a aprender mucho, recordaría lo que dijo el Rebe: ‘Abisseleh iz oij gut’.
“Así que estudiaba un poco y luego me decía a mí mismo: Bueno, ahora estudiaré otro poco más’. Y lo hice. Poco a poco salí de la desesperación y me volví muy diligente en el estudio de la Torá.
“Lo que también me ayudó mucho fue la sugerencia del Rebe de no atascarme en cada dificultad, pensando que tenía que resolverla ahora mismo. Muchas veces, esa insistencia no valía la pena ni el esfuerzo invertidos. La frustración acababa con todo mi entusiasmo por el estudio de la Torá. Así que me limitaba a marcar en el margen que tenía una pregunta sin respuesta.
“La Torá es pobre en un lugar, pero rica en otro” (Yerushalmi, Rosh HaShaná 3:15). Al aumentar la amplitud del conocimiento de la Torá, uno suele ser capaz de resolver sus preguntas sin respuesta”.
(Extraído de Avanehah Barzel #89)