Un decreto del Cielo puede herirnos pero no destruirnos totalmente, ¡pero una persona puede destruir totalmente a otra!
Likutei Moharan Lección 241
Tratemos de entender lo que sucedió al final de la parshá de la semana pasada, Parashat Balak. Ocurrió algo bastante extraño. Bilam terminó dando una brajá, “Ma tovu ohaleja Yaakov”. Después de eso, Balak y Bilam se fueron a casa.
Luego vemos que algunas mujeres vinieron y sedujeron al pueblo judío. En las secuelas, perdimos 24.000 personas. Veinticuatro mil personas murieron en esta terrible plaga. Entonces llega Pinjas, que asumió la venganza de Hashem y mató a Zimri y a Cozbi, los principales pecadores. Gracias a su proceder, la plaga se detuvo.
Entendamos esto. ¿Qué hizo el matar a esos dos para que la maguefá (plaga) cesara?
Otra pregunta que podemos analizar es la siguiente. Sabemos que “Pinjas es Eliahu haNavi”, y sabemos que Eliahu vive para siempre. Ahora bien, ¿por qué Pinjas obtuvo tal recompensa, para convertirse en el profeta y vivir para siempre? ¿Qué hizo para merecer eso?
Pinjas arriesgó su vida. Sabemos que en una situación como esta, cuando se practica un comportamiento tan inmoral, y alguien trata de detenerlo, hay muchos que se alzarán en su contra. Pinjas estaba haciendo esto por el bien del Cielo y sabía que podría ser asesinado, pero tenía que hacer lo que tenía que hacer. No le importaba lo que le pudiera pasar a causa de ello. Pinjas era un hombre totalmente desinteresado, dispuesto a dar su vida por el Klal Israel, sin pensar en el beneficio personal.
Esa es una de las razones de su recompensa.
Hay una hermosa lección de Torá en Likutei Moharan Reish-Mem-Alef (241). El Rebe explica la tremenda idea de lo que había detrás de la mecánica de Pinjas matando al nasi de la shevet Shimon y a la mujer extranjera y la detención de la plaga.
כְּשֶׁיֵּשׁ דִּינִים, חַס וְשָׁלוֹם, אֲזַי הַמִּידַּת הַדִּין הָיָה מְכַלֶּה אֶת הָאָדָם, חַס וְשָׁלוֹם. אֲבָל הַמִידַּת הַדִּין אֵין לָהּ כֹּחַ לְכַלּוֹת לְגַמְרֵי, כְּמוֹ שֶׁאָמְרוּ רַבּוֹתֵינוּ זִכְרוֹנָם לִבְרָכָה (סוטה ט): חִצַּי כָּלִים וְהֵם אֵינָם כָּלִים.
Siempre que hay juicios, Dios no lo permita -hay un problema en la vida de alguien, hay una situación terrible, una situación dolorosa, problemas financieros- el atributo del juicio puede destruir a la persona, Dios no lo permita.
Sin embargo, la midá del din (el Atributo del Juicio Divino) no tiene la capacidad de destruir totalmente a la persona. Este atributo que se impone desde el Cielo no tiene la capacidad de matarlo totalmente. Como nos enseñan nuestros Sabios: “Las flechas serán absorbidas pero no seremos destruidos”.
Es decir, cuando hay un juicio que proviene del Cielo, este puede crear un problema para nosotros pero no puede destruirnos.
Estamos en las Tres Semanas, ahora mismo, y todos los problemas que leemos en las Kinot son los problemas con los que Klal Israel está lidiando hoy mismo. Pero vemos que siempre continuamos. Hashem nos mantiene en marcha.